Este miércoles, la Policía ha detenido en Melilla a dos jóvenes españoles de 25 y 30 años acusados de pertenecer a una célula islamista.
El ministro del Interior ha recordado lo ocurrido en Leganés en 2004 –la explosión del piso, sobre la que todavía hay muchos interrogantes sin aclarar, donde estaban parte de los supuestos autores materiales de los atentados, según la versión oficial del 11-M–, para advertir de la peligrosidad de los arrestados. Según Fernández Díaz, los dos detenidos pertenecían a una "célula yihadista de muy especial radicalidad". Y, según ha dicho en los pasillos del Congreso, se les considera igual de "peligrosos".
En declaraciones desde los pasillos del Congreso, recogidas por Servimedia, el ministro ha dicho que "son personas capaces de cometer atentados de una especial brutalidad y que están sometidos a una especialísima y radical ortodoxia doctrinal, similar, análoga y la misma que tenían los que se inmolaron en Leganés en 2004".
Fernández Díaz detalló que la Policía ha podido capturarlos después de un largo periodo de tiempo fugados por varios países europeos. Desde 2008 había una orden internacional de búsqueda y captura contra ellos por el asesinato de dos compañeros de la célula islamista que desertaron y que fueron brutalmente torturados hasta la muerte.