El Gobierno acabó confirmando lo que era prácticamente un secreto a voces: no habrá Debate sobre el estado de la Nación. Así, el presidente impone su postura frente a las voces -principalmente del Grupo Popular- que insistían en la necesidad de que se celebrase el acto parlamentario, dado que de puertas para adentro se elogia la oratoria de Mariano Rajoy en sesión plenaria y se entiende que era necesario "dar la cara" ante los ciudadanos.
Sin embargo, el Ejecutivo -siempre lo ha defendido así el círculo más próximo al jefe de gabinete- considera que no hay lugar, con las elecciones aún a la vuelta de la esquina -se cumplen seis meses- y desde Moncloa preparando los Presupuestos Generales del próximo año cuando los del vigente aún no han entrado en vigor.
El veredicto final fue dado a conocer por fuentes gubernamentales en el transcurso del viaje oficial que Rajoy está realizando primero a Los Cabos y después a Río de Janeiro para participar en foros internacionales. De hecho, el propio presidente despachó de modo informal con los periodistas en el avión presidencial en el vuelo entre las dos citadas ciudades. Entonces, sin corbata y más relajado, hizo una descripción sobre las difíciles circunstancias del país.
Así pues, el gran debate parlamentario previsto para antes del periodo estival será el referido a las conclusiones del decisivo Consejo Europeo, que tendrá lugar los próximos 28 y 29 de este mes en junio en Bruselas, y que dará a conocer Rajoy en pleno extraordinario. Aún no hay fecha, aunque se desarrollará en la primera quincena de julio. En él, también dará cuenta de la letra pequeña del rescate bancario acordado con la UE, después de que todas las formaciones de la oposición le reclamaran, sin éxito, que compareciera previamente en el Congreso.
Tanto el Ejecutivo como el PP respaldaron casi de inmediato la decisión del jefe, aún más cuando entienden que "el partido se juega fuera" y Rajoy debe de estar hoy más que nunca centrado en las negociaciones con los socios europeos y del resto del mundo. De hecho, en Moncloa se pone el énfasis en que el presidente está haciendo lo correcto, que es "presionar y pelearse" porque del Consejo salga una hoja de ruta concreta de salvación del euro, encaminada hacia una mayor integración fiscal y unión bancaria.
En Los Cabos, tras concluir la cumbre del G-20, el propio Rajoy dejó bien claro que en estos momentos solo le preocupa acabar con la inestabilidad en los mercados, consecuencia de la crisis de deuda. Es su gran obsesión, y de ahí que considere secundario ir a explicarse a las Cortes, pese a lo que esto pueda suponer de artillería para el PSOE.
Sin debates en año electoral
La tradición de estos debates se inició con Felipe González en 1983 y, desde entonces, han dejado de celebrarse en siete ocasiones, al coincidir en año electoral. Hubo dos años, en 1989 y 2011, en los que a pesar de que se celebraron elecciones hubo también Debate sobre el estado de la Nación, pero fue debido a que la convocatoria de comicios tuvo carácter anticipado y se votó pocos meses después.
El debate de 1989 se celebró en febrero, y como Felipe González decidió adelantar a octubre las elecciones, en diciembre de ese año el Congreso fue escenario de su debate de investidura. Al año siguiente, en 1990, no hubo Debate del estado de la Nación, que se celebró dieciséis meses después de las elecciones que González había vuelto a ganar con mayoría absoluta.
El calendario es calcado al actual, ya que el año pasado el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero convocó el Debate del estado de la Nación en junio y después anunció que las elecciones se adelantaban a noviembre, con lo que en diciembre se organizó el debate de investidura de Mariano Rajoy.