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Rajoy se define "independiente" y relativiza las exigencias del FMI

Nítida radiografía de situación: "Es la hora de Europa", dijo. Primera parada, Grecia, país al que apoyó. Hace oídos sordos a las exigencias del FMI.

El Gobierno y el Partido Popular buscaron al unísono un mensaje de confianza y optimismo en el momento más crucial en la historia del euro, a las puertas de unas elecciones en Grecia decisivas y que supondrán un punto de inflexión en el panorama comunitario. Así lo puso de manifiesto el propio Mariano Rajoy, tanto a micrófono abierto como posteriormente en conversación informal, en la que advirtió que estamos ante “el momento de Europa” siendo clave el Consejo de la última semana de junio.

El presidente quiso dar una imagen de serenidad. Muy campechano, aprovechó su visita a San Sebastián -clausuró la 17º Interparlamentaria popular- para despachar largo rato con cargos de todo rango y fotografiarse con ellos. "Hay problemas, pero todo está en orden", aseguró antes de subir al atril para insuflar ánimos e insistir en la idea de la economía real, con mención especial para quienes hoy buscan empleo y no lo encuentran. "Lo primero que quiero deciros es que de ésta saldremos, saldremos bien y saldremos reforzados", afirmó.

“Debemos mantener la cabeza fría, debemos saber dónde estamos y que tenemos que aportar soluciones”, dijo el presidente. Y con este punto de partida afirmó, ya con los micrófonos apagados, que España y Europa se encuentran ante una auténtica encrucijada, y que el partido se juega en los próximos días. La primera jugada de riesgo llegará el domingo, según su esquema: "Europa debe apoyar a Grecia y Grecia debe cumplir sus compromisos, yo estoy absolutamente convencido de que así será y de que va a seguir en el euro", aseguró.

El resultado de los comicios helenos los conocerá en el aire, en un gabinete que montará a tal efecto en el avión presidencial camino a la cumbre del G-20, que se celebra en Los Cabos (México). Allí se reunirá con las otras tres grandes potencias en el euro -Francia, Italia y Alemania-, porque lo importante -lo decisivo- es lo que salga de la cumbre de Bruselas: “Es verdad que la UE tomará según qué decisiones y yo voy a trabajar porque así sea”, fueron sus palabras, en una referencia velada a sus presiones para que el Banco Central Europeo inyecte liquidez, una vez la semana pasada la prima de riesgo bordeó constante los 550 puntos y el bono español a diez años llegó a traspasar la barrera del 7%.

Rajoy ve clave la reforma de la administración pública

A cambio, se comprometió a seguir haciendo su programa reformista, pero desde la “independencia”, se encargó de remachar. Quiso darle especial relevancia a la reforma de la administración pública, cuyo primer capítulo se conocerá antes de las vacaciones de verano. De forma casi inmediata, apostilló. Esta pata, que supondrá un adelgazamiento real de la estructura estatal, se está abordando codo a codo con el PSOE, y Cristóbal Montoro informa semanalmente al Consejo de Ministros. “Hay que hacer reformas” porque “no competimos con el pueblo de al lado”, afirmó Rajoy, para anunciar que ya están encima de la mesa otras tantas como la de los organismos reguladores y el sector eléctrico. “Vamos a continuar. No solo tenemos que salir de la crisis sino que tenemos que preparar al país para el futuro”, añadió.

En este sentido, rebajó la importancia del último informe del Fondo Monetario Internacional y de las voces de la UE que le instan a que sea más duro y acometa ya una rebaja de los sueldos de los funcionarios y oficialice la subida del IVA. Rajoy, de momento, rechazó tal extremo, aunque fuentes gubernamentales insistieron a este diario en que “la medida está ahí” y se tomará “en el momento en el que necesitemos liquidez inmediata”.

Mensaje claro a los españoles: España saldrá de la crisis

El presidente también quiso bajar al asfalto, como en la víspera su número dos en el Ejecutivo. De hecho,  si algún calificativo le casó a la perfección este sábado fue el de cercano. Habló con todo aquél que le requirió un saludo y fue especialmente cariñoso. Rechazando tecnicismos y términos de economía macro, afirmó: “Lo más importante hoy es que recordemos que hay muchos españoles que quieren trabajar y no pueden. Muchísimos jóvenes. El poder adquisitivo es menor, las empresas que lo están pasando mal y no tienen posibilidades de financiarse y hay dudas de cara al futuro. Eso es lo importante”. Rajoy llamó a dar la vuelta a la situación entre todos juntos y por encima de debates sobre “primas de riesgo y tipos de interés”. “Todos debemos explicarnos” ya que “hay muchísimos españoles que nos están mirando y lo están pasando mal”, aseguró contundente.

Rajoy, que hizo un análisis didáctico al uso, puso especial énfasis -también en su corrillo con los periodistas- en la necesidad de cumplir con el objetivo del déficit público. Si no se cumple, el Ejecutivo teme que la credibilidad del país caiga como un castillo de naipes y el presidente está decidido a que no ocurra. “Nos gustaría hacer carreteras, trenes, planes atractivos, pro ahora no toca eso, toca lo más difícil. Ahora es cuando se nota el patriotismo de los gobernantes”, recalcó, destacando que a él no le ha tocado gobernar con mil, sino “con uno o con menos de uno”, y esto es muy difícil y los ciudadanos deben saberlo.

El rescate financiero "debería tranquilizar"

Sobre el rescate financiero, defendió que España necesita “bancos solventes” que no generen ninguna duda y sean capaces de ofrecer crédito a empresas y particulares. Y de ahí que sacara las uñas para respaldar una línea de crédito que, aseveró, debió de hacerse hace años: “En esta materia, tampoco llegamos a tiempo y actuamos tarde”, se lamentó. Pero, volviendo al presente, insistió en que la decisión “debería de tranquilizar a todos”, pese a que los mercados sigan revueltos. “Hemos vuelto a la normalidad para la concesión de crédito”, aseguró, a las puertas de que se conozcan los informes de las auditorías externas, que según Reuters estarán ya este lunes.

Pero, ateniendo a los pasos dictados por el propio presidente, primero hay que mirar a Grecia. “Estamos en un momento decisivo, de grandeza y altura de miras”, el momento de la “política”, según Rajoy, que tras un primer corta fuegos de urgencia -la inyección de liquidez- reclamó más integración “política, fiscal y bancaria” pese a restar soberanía. Rajoy concluyó: “Un presidente solo puede presumir de una cosa: de independencia. Tomamos decisiones que no les gusta a mucha gente. El momento es difícil, pero sabemos lo que hay que hacer y lo que estamos haciendo. Dependemos de nosotros. La labor es gigantesca para sacar a España de una crisis que no hemos provocado nosotros. Ése es el reto que tenemos delante”.

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