La caída de Joaquín Almunia podría precipitarse. Para el Gobierno, el vaso ha terminado por derramarse después de que el comisario de competencia y vicepresidente de la Comisión Europea, de cupo español, se haya dedicado a matizar la versión oficial de Madrid en las últimas horas. La primera muestra de enfado es que Mariano Rajoy le ha llamado a una reunión de urgencia este viernes, a las nueve de la mañana, antes del Consejo de Ministros. El despacho no estaba previsto en la agenda semanal del presidente, pero -aseguran fuentes de su equipo- se tomó antes de que el socialista incendiara el debate político con sus declaraciones.
Los rumores se multiplican, una vez el PP ya pide formalmente su dimisión, en voz de Rafael Hernando, portavoz en el Congreso de los Diputados. La formación que sustenta en el poder al Ejecutivo suma así un peldaño más en sus críticas a Almunia, una vez consideran probado que se comporta como “jefe de la oposición” en Bruselas. “Es incompresible que un comisario español que debe de trabajar por los intereses del país se dedique a sembrar dudas sobre el Gobierno y el futuro del país. Inadmisible”, expone un alto cargo popular.
En Moncloa no van tan lejos, pero admiten el profundo malestar. Tanto es así que, a su estilo, las fuentes consultadas aseguran que Rajoy llamará al orden a Almunia. “No se puede admitir que un finlandés o un polaco se ponga del lado de España y no nuestro comisario”, argumenta un asesor gubernamental. Ahora bien, esto no significa que el presidente le vaya a pedir que dimita, cosa que por otro lado iría en contra de su modus operandi. El ejemplo lo encontramos en cómo gestionó las crisis internas del PP, cuando forzó la caída de Francisco Camps o Luis Bárcenas sin pronunciar las palabras malditas tienes que dejarlo. A última hora de la tarde, un portavoz autorizado descartó forlamente que Rajoy fuera a pedirle que se fuera: "El PP fija posición, pero el presidente lo es de todos los españoles", fue la respuesta.
Duras críticas del PP: "Es desleal hacia España"
Hernando no se mordió la lengua a la hora de reclamar que tire la toalla: “Este señor no puede seguir ni un minuto más dedicándose en la UE a difundir rumores, cuando hay noticias positivas para el país, con el objetivo de enturbiarlas, ni falsedades. Si quiere ejercer de jefe de la oposición frustrado pues que venga aquí, a España, que le dispute el liderazgo a Rubalcaba y dé la cara”, afirmó, utilizando términos muy duros.
Se trata, continuó, de una "terrible irresponsabilidad, que un señor que es español, que representa a España en la Comisión Europea, se dedique a difundir libelos y a causar alarmas extravagantes entres los ciudadanos españoles y europeos". Hernando no es un diputado cualquiera, sino un portavoz más que autorizado de Alfonso Alonso. En su opinión, “lo que debería de hacer es coger las maletas y venirse para España después de haber dimitido, porque seguir así, teniendo un enemigo de España y los intereses de los españoles, en la Comisión Europea como el señor Almunia, poco vamos a conseguir".
El eurodiputado Carlos Iturgaiz se sumó al coro de petitoria de dimisión, y añadió: “Tiene instrucciones de Rubalcaba de dificultar las labores del Gobierno español y de poner palos en las ruedas de las medidas que tome el Ejecutivo español". Lo que le convierte en un “desleal hacia España”, motivo por el que el viernes debiera decirle al presidente que deja su cargo.