El ministro de Defensa, Pedro Morenés, aseguró este martes que el momento de sustituir a los Jefes del Estados Mayor de Tierra, Aire y la Armada "no ha llegado todavía" y quiso desligarlo de los cambios de Gobierno porque "vincular el cambio político al cambio de la cúpula del Ejército no es bueno".
En esta línea, rechazó que se vincule la contingencia partidista a una política, como la de defensa, que debe tener "estabilidad y continuidad", y alabó la labor que están desarrollando Fulgencio Coll (JEME), Manuel Rebollo (AJEMA) y José Jiménez Ruiz (JEMA), a los que calificó como "unos extraordinarios jefes de Estado Mayor". "El relevo no tiene por qué estar vinculado a otra razón que al momento en que el Gobierno lo considere oportuno", insistió.
Durante el desayuno informativo de Europa Press, celebrado en el Hotel Intercontinental de Madrid, anunció asimismo que el ministerio tendrá que plantearse cómo hacer frente a los compromisos adquiridos para 2012 en los planes especiales de armamento, por los que se tendrían que hacer frente a un pago de 1.800 millones de euros cuando tan sólo hay presupuestados unos 600 millones.
"Hay que gestionar la situación para que no sea crítica ni para el ministerio ni para la industria española de Defensa", dijo, quien se mostró partidario de que "no se pierdan las capacidades que tanto han costado". "No se puede consentir", apostilló.
Morenés reclamó que España convierta a sus Fuerzas Armadas en "uno de sus mayores activos de su marca", algo imprescindible para situarse como "una gran Nación" en el contexto internacional, lo que sólo se puede hacer invirtiendo en los tres Ejércitos. "En 2011 un español dedicó 11 euros a la Defensa, mientras que un francés dedicó 40", aseguró.
El ministro apostó por "proteger" a la industria española de Defensa para evitar que en estos "tiempos de debilidad" sean compradas y pasen "manos extranjeras", y apostó por la internalización de las mismas. Como ejemplo, puso el contrato por el que se está compitiendo en Arabia Saudí para la construcción de más de 200 carros de combate Leopard.
Según avanzó, la próxima semana vendrá a nuestro país el ministro saudí de Defensa, el príncipe Salman Bin Abdul Aziz Al Saud, con quien Morenés se reunió hace unas semanas en Riad, y destacó que la industria española se encuentra "muy bien posicionada" para ganar el contrato, aunque "no somos los únicos que podríamos conseguirlo".
También tocó el cambio de política del Ejército de Tierra, por el que los militares tendrán que pagar a partir de ahora el 50 por ciento del coste de sus comidas. El ministro dijo que se están recortando gastos de partidas que "no afecten a la operatividad" y recordó que la subvención del cien por cien de las comidas en los cuarteles se aprobó en 2001, "cuando había dinero de sobra".
A preguntas de los periodistas, habló del portaaviones Príncipe de Asturias, el barco más emblemático de la Armada. Según dijo, tener que pararlo es "muy plausible". "Es un barco con treinta años que está al final de su vida útil y cualquier obra en su interior sería muy costosa. Será una decisión dolorosísima, pero tenemos el BPE Juan Carlos I. Es una barco emblemático, pero no es operativo", añadió.
Morenés censuró asimismo la pitada al himno nacional en la final de la Copa del Rey del pasado viernes. Así, recordó que el protocolo no es de "obligado cumplimiento" y destacó que "cuando suena el himno hay que ponerse de pie y hacer lo que cualquier español de bien haría".
Por último, volvió a salir al paso de la polémica generada por los nacionalistas por las maniobras que llevó a cabo el Ejército de Tierra en la localidad vasca de Elgueta coincidiendo con el 75 aniversario del bombardeo de Guernica, y aseguró que "las unidades militares españolas hacen maniobras donde consideran oportuno, en cualquier parte de España".