El Gobierno ha suspendido el viaje de la reina Sofía a Londres, donde tenía pensado asistir al 60 aniversario de la coronación de Isabel II. Margallo se ha felicitado por ello después de que la polémica haya vuelto al Peñón por la visita que hará en junio el príncipe Eduardo y por el acoso que viven las patrullas en las aguas que rodean a Gibraltar.
Por todo ello, el Gobierno ha optado por pasar a la acción y a partir de ahora la Guardia Civil escoltará a los pesqueros que faenen por Gibraltar. Del mismo modo, en la verja se han comenzado a realizar controles, provocando así colas en la frontera, tal y como informa El País.
De hecho, este miércoles en Moncloa se reunieron altos cargos de los ministerios de Exteriores, Interior y Presidencia con el objetivo de ultimar las medidas de presión.
Aparte de las tradicionales tensiones en las aguas del Peñón, de jurisdicción española y que los gibraltareños consideran suyas, en las últimas fechas se han ido sucediendo una serie de hechos que ha desembocado en las firmes decisiones del Gobierno.
El origen se centra en la ruptura de las negociaciones que mantenían las cofradías de pescadores de la Línea de la Concepción y Algeciras con las autoridades gibraltareñas, que decidieron suspender de manera unilateral el acuerdo que mantenían con estas localidades andaluzas desde 1999 y que les permitía faenar hasta a media milla de la costa.
El nuevo ejecutivo gibraltareño esgrime una ley de protección medioambiental para expulsar a los pescadores españoles y hasta 70 pesqueros han amarrado ante las constantes amenazas y presiones que han recibido de la Policía de Gibraltar, que además les ha expulsado de manera repetida.
El Ejecutivo español ha decidido auxiliar a los pescadores españoles y los escoltará aunque aumente el riesgo de encontronazo con las patrullas británicas.