La cancelación del viaje de la Reina Sofía a Londres, por sugerencia del Gobierno, tras el último conflicto pesquero y la visita del príncipe Eduardo a Gibraltar, ha generado una gran polémica, fundamentalmente en el Reino Unido.
A través de un SMS a los medios de comunicación, Zarzuela informó de que el Gobierno ha considerado "poco adecuado que en las circunstancias actuales" doña Sofía asista a los actos de conmemoración de los 60 años de reinado de Isabel II.
Un día después, fuentes del Ejecutivo señalan a Libertad Digital que "nos encontramos dentro de los parámetros habituales dentro de la postura española sobre la cuestión de Gibraltar". Y resaltan que "en ningún caso, se pretende llegar a posiciones extremas, pero España sí quiere que se respete la legalidad internacional".
Para el Gobierno, la solución de este problema de pesca pasa por que las autoridades gibraltareñas admitan que los pesqueros españoles faenen sin problemas. Según fuentes del Ejecutivo, España entiende que defiende la legalidad internacional.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo ha explicado en alusión a los pescadores que en los dos últimos meses se han desarrollado negociaciones que no han dado fruto. Así, finalmente el Gobierno español ha determinado que los pescadores salieran a faenar y lo hicieran escoltados por patrullas de la Guardia Civil.
Respecto a la posibilidad de que haya sido tardía la reacción del Gobierno, las fuentes consultadas del Gobierno recuerdan que ya se protestó formalmente cuando se conoció que el Príncipe Eduardo de Inglaterra iba a visitar en junio la colonia y explican que el último paso -la cancelación del viaje de la Reina- se ha dado una vez que se han roto las negociaciones pesqueras.