Rajoy no tiene previsto comparecer en el Congreso
Rajoy no prevé modificar su agenda de comparecencias. El Gobierno lo respalda, pero hay debate interno. En aire, el debate sobre la Nación.
La hecatombe en los mercados reabrió el debate sobre la posibilidad de que Mariano Rajoy comparezca de forma extraordinaria en las Cortes para explicar la situación real de la economía y dar la cara por las últimas reformas emprendidas y las que, según anunció él mismo el domingo, vienen en camino.
La discusión no es nueva. De hecho, aún como líder de la oposición, no fueron pocos quienes le amonestaron por sus escasas comparencias públicas. Ahora en La Moncloa, no se le pide tanto que convoque una rueda de prensa sino que acuda al Congreso de los Diputados en un formato menos rígido al de la sesión de control -con una duración muy breve- para dar explicaciones tras una nueva jornada de infarto, con la prima de riesgo en "niveles que no se pueden asumir", llegando a rozar los 500 puntos básicos a mediodía, y la Bolsa de Madrid en rojo desde la apertura, con los grandes de la banca sufriendo importantes retrocesos.
Esta opción, de momento, no entra en los planes del presidente. El Gobierno argumenta el "no" libreta en mano recordando todas las apariciones públicas desde que Rajoy accediera al poder. En total, catorce ruedas de prensa conjuntas -con opción a tan solo dos preguntas por el lado español-, tres individuales -dos de ellas fruto de su asistencia al Consejo Europeo-, siete declaraciones informales y dos entrevistas en medios. Todo sin cortar sus apariciones obligatorias en el Parlamento y los discursos por actos oficiales.
Con este informe, que se va actualizando semana tras semana, desde Moncloa se transmite la idea de que es "falso" que el presidente "esté escondido o algo por el estilo". Este miércoles, tiene control en la Cámara Baja y después recibirá al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el viernes preside el Consejo de Ministros y el sábado viaja a Chicago para participar en la Cumbre de la OTAN.
Oficialmente, el respaldo al proceder del presidente es cerrado, tanto en el Ejecutivo como en el PP. Basta ceñirse a las comparecencias de Soraya Sáenz de Santamaría el viernes y Carlos Floriano este mismo lunes. "Cuando no es una cosa es otra. El presidente comparece cuando tiene que comparecer y no cuando se le quiera imponer desde el PSOE o círculos mediáticos", argumenta su entorno. Según ese calendario, su próxima aparición en la Cámara, en el formato de pleno extraordinario, sería a consecuencia de la cumbre europea prevista para antes de vacaciones de verano.
El PSOE y buena parte de la oposición critican esta estrategia. "¡Aquí no comparece nadie! Y el presidente del Gobierno se ha acostumbrado a hacerlo ¡sólo entre los suyos! Sin prensa, sin preguntas. ¡Basta ya! ¡Por favor!", se quejó la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez.
En privado, algunas voces de las filas populares también admiten cierto malestar. No por el plan de acción del Gobierno, que se defiende a capa y espada, sino por el silencio del jefe. "En una situación tan difícil, cuando estamos tomando medidas tan duras, el presidente tiene que comparecer en el Congreso", expone un diputado. En estos círculos más críticos escuece que Angela Merkel acuda asiduamente a la Cámara de representación alemana, cosa que no ocurre en la patria.
Un habitual portavoz del PP insiste en esta línea destacando que "cada vez es más difícil defender" que Rajoy no comparezca. "No es una respuesta fácil de dar porque muchos ciudadanos quieren que sea el presidente quien dé la cara en un momento tan difícil", arguye. La directriz, no obstante, es defender a capa y espada la decisión del jefe del Ejecutivo.
Ahora bien, que nadie crea que solo hay críticas. En el Gobierno se asegura que si las medidas están "perfectamente explicadas" viernes tras viernes -la labor de la vicepresidenta es muy elogiada- y el PP empieza a despertar de su letargo como apoyo a Moncloa, no se entiende "por qué no proteger la presidente". "La legislatura es muy larga, solo estamos al principio, y Rajoy tiene que estar a lo importante, a despachar con sus homólogos...", se expone en las altas esferas gubernamentales.
Otra fuente va más a lo personal, al modus operandi del presidente: "Solo es necesario conocerle un poco para saber que no se va a llevar por la presión mediática". Así ocurría también en la oposición, cuando su fijación por los tiempos marcados llegaba a desesperar a los suyos. Y de ahí que, volviendo al presente, muchos pongan en duda que se vaya a celebrar el Debate sobre el Estado de la Nación.
"Aún no se ha abordado ese asunto", zanja un portavoz autorizado. Sin embargo, sí que se desliza que de no convocarse no sería nada extraordinario, más bien al contrario; se recuerda que no hay antecedentes de que se celebre un debate sobre el país transcurrido tan poco tiempo desde los comicios. "Desde luego, Felipe González no lo hizo", enfatizan.
El Gobierno cree que lo está haciendo bien, pese a la presión financiera. De hecho, formalmente, se pidió a la Unión Europea un gesto porque -en voz de Luis de Guindos- España está haciendo su trabajo. Se dice que ésta es la fase más dura, pero que en los próximos meses se irá relajando la tensión y la confianza por fin llegará, gracias a unas reformas que empiecen a estar asentadas.
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