Dos militares han fallecido este jueves en la localidad madrileña de Meco, después de que el caza C-101 del Ejército del Aire se estrellase contra el suelo por circunstancias que todavía se desconocen. Ambos, un capitán instructor y un alférez alumno de 4º curso, realizaban un vuelo de entrenamiento que había partido a primera hora de la mañana desde la base de San Javier, en Murcia.
Los primeros datos apuntan a que los dos pilotos trataron de eyectarse del aparato, aunque no lo habrían conseguido debido a que habrían llevado a cabo la operación cuando ya se encontraban a muy poca altura, según fuentes de la investigación consultadas por Libertad Digital. No en vano, parte de los paracaídas se encontraba dentro de los restos del aparato y parte fuera.
Sobre las causas del siniestro, todavía no hay datos, aunque la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, aseguró en declaraciones a Efe que el aparato se habría incendiado en el aire: "Aún no se sabe nada, ya que aún se están recogiendo restos para su análisis por parte de la Policía Científica para determinar las causas del siniestro. Lo que sí parece claro es que el avión bajaba en llamas antes de estrellarse".
El impacto se produjo en un descampado, en una zona alejada de la población, por lo que no hubo daños materiales ni personales en la población civil, a lo que ayudó el hecho de que este tipo de cazas de instrucción no lleve ningún tipo de armamento. Los servicios de emergencia encontraron restos del aparato en un área de un kilómetro cuadrado.
Los restos calcinados de los dos pilotos quedaron en el interior de la cabina del aparato, según desvelaron fuentes de la investigación. Por expreso deseo de las familias de los fallecidos, el Ministerio de Defensa decidió mantener en reserva la información relativa a la identidad de los dos militares.
El C-101 es un caza fabricado por CASA cuyas misiones son la enseñanza básica avanzada y el entrenamiento del personal. Actualmente presta servicio en la Academia General del Aire (AGA) de San Javier (Murcia), en el Grupo de Escuelas de Matacán (GRUEMA) de Salamanca y en el Centro Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX) de Torrejón (Madrid).
Es el reactor que más horas de vuelo ha realizado en la historia de la Academia General del Aire y más de 2.000 militares se han formado como pilotos con él durante los más de 30 años que lleva en servicio.
Según fuentes militares, este tipo de caza es uno de los más propicios para la enseñanza y las acrobacias aéreas, tanto por su fiabilidad como por su fácil manejo. No en vano, la popular Patrulla Águila del Ejército del Aire está compuesta por cazas C-101.