La vía Nanclares que iniciase Rubalcaba, plasmada por escrito. El Gobierno ha filtrado en las últimas horas los puntos principales de su nuevo Plan Integral de Reinserción, que no sólo va destinado a los quinientos terroristas de ETA que cumplen condena en las cárceles españolas, sino también a los otros quinientos que forman parte de otras estructuras terroristas, como los GRAPO, los grupos yihadistas o miembros del crimen organizado.
Los terroristas podrán acogerse al nuevo plan con el único requisito de firmar por escrito que renuncian a la banda terrorista de la que han formado parte y al uso de la violencia. Un procedimiento que se seguía hasta ahora con quienes accedían a la denominada 'vía Nanclares'. Para iniciar el proceso no será necesario ni que pidan perdón, ni que colaboren con la justicia, ni que empiecen a hacerse cargo de la responsabilidad civil aneja a sus sentencias.
Por el hecho de haber roto con la banda criminal, estos presos accederán a un programa de educación en valores, que se desarrollará en las aulas de los centros penitenciarios, con el objetivo que reflexionen sobre el daño causado con su actividad terrorista y/o delictiva, y conozcan la realidad social en la que viven, para así poder integrarse de una forma más idónea a una sociedad democrática. Asimismo, participarán en cursos de mejora de su "capacitación socio-profesional", con el objetivo de facilitarles salidas profesionales una vez hayan abandonado la cárcel.
Durante este proceso, no muy diferentes a los talleres que realizaron los presos acogidos a la vía Nanclares en las prisiones-laboratorio de Villabona (Asturias) o Zuera (Zaragoza) antes de ser acercados al País Vasco, los presos que se hayan acogido a estos programas podrían tener más facilidades para ser acercados a las prisiones más cercanas a su lugar de procedencia, a la comunidad vasca en el caso de los terroristas de ETA.
No obstante, la obtención de beneficios penitenciarios para estos terroristas sí requerirá de un paso mayor. Ya no sólo tendrán que renunciar por escrito, sino que también deberán pedir perdón a sus víctimas, colaborar con la justicia y hacerse cargo de las responsabilidades civiles a las que fueron condenadas. En estos requisitos tampoco hay ningún tipo de cambio respecto a lo que había hasta ahora, pues vienen expresamente reflejados en el código penal y la ley penitenciaria.
En una comparecencia tras la reunión de los ministros del Interior de la Unión Europea, Jorge Fernández Díaz, aseguró que la política del Ejecutivo "es la de la reinserción individual en el marco de la ley". "Para fomentarlo, es por lo que ponemos en marcha este programa. Si un preso pertenece a una organización terrorista, sea la que sea, tiene muy difícil acogerse si lo desea a la vía de la reinserción individual, las organizaciones terroristas no les dejan acogerse a ellas.
"El programa pretende fomentar que renieguen de la organización terrorista a la que pertenecen. Si reniegan de ello, pueden ir desarrollando las tareas de reinserción, que no tiene nada que ver con los beneficios penitenciarios", prosiguió. "Este programa pretende impulsar esa vía de reinserción individual. No hemos negociado ni vamos a negociar nada con ETA", añadió.
Según el ministro, "ETA ha engañado a sus presos diciéndoles que iba a ver una negociación y una amnistía", lo que habría hecho que desde el comunicado del alto el fuego definitivo del pasado mes de octubre, ningún preso de ETA se haya unido a la vía Nanclares.
Presos con beneficios hasta hoy
Actualmente, de la veintena de presos agrupados en la cárcel alavesa de Nanclares de Oca –expulsados de la banda– sólo cinco de ellos gozan de un régimen abierto o de tercer grado. Se trata de un régimen de semilibertad donde los internos se acogen a los beneficios penitenciarios más amplios diseñados por la legislación vigente.
Tanto el Código Penal como la ley Penitenciaria exigen unos requisitos muy concretos para que los presos por terrorismo puedan acceder a ellos: rechazo y desvinculación de la violencia, perdón a las víctimas, colaboración con la Justicia y hacer frente a las indemnizaciones civiles. Todos estos pasos tienen que ser verificados para que el preso pueda lograr el tercer grado.
Estos beneficios consisten en salir durante el día de prisión para ir a trabajar o recibir cursos formativos y volver a sus celdas para pernoctar. Hasta ahora los cinco permisos de este tipo que se concedieron en los últimos años a presos de ETA se han sustentado en que los terroristas habían presentado por escrito su renuncia a la violencia y habían pedido perdón a las víctimas. Es el caso por ejemplo, del único permiso de este tipo concedido por el Gobierno de Rajoy que dio la libertad condicional al preso etarra José Manuel Fernández Pérez.
No obstante, es menester recordar que más de un centenar de miembros de ETA encarcelados en España disfrutan de un régimen de segundo grado donde ya pueden acogerse a determinados beneficios.