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Rajoy, aliviado, afirma que el Rey fue "muy claro"

Alivio en el Gobierno tras el perdón real. Rajoy, que llegó a estar "muy preocupado", calificó al Rey como "el mejor embajador" de España.

El Gobierno no va a alimentar una polémica real que, aseguran fuentes del más alto nivel, solo puede hacer daño a España y generar "más desconfianza" en una semana nuevamente aciaga para la economía, con la Bolsa apuntándose su peor registro en seis meses y la prima de riesgo disparada. Tras la histórica disculpa del monarca, admitiendo que se equivocó y asegurando que "no volverá a ocurrir", el Ejecutivo se dio por satisfecho.

Evidentemente, dicen en Moncloa, la comunicación entre don Juan Carlos y el presidente es "muy fluida" y ambos comparten "impresiones". Mariano Rajoy fue a visitarle al hospital el domingo, cuando ya arreciaban las críticas. También es "más que probable" que hablaran telefónicamente una vez Rajoy inició su gira por América Latina. El viernes, escenificarán la vuelta a la normalidad, con un despacho de trabajo en Zarzuela.

Las fuentes consultadas descartan precisar si el presidente le sugirió en algún momento que se disculpara ante la enfadada opinión pública. Más al contrario, desde el Gobierno se destaca "el buen juicio de Su Majestad", perfectamente informado en sus días de hospitalización. Sea como fuere, nadie tuvo que preguntar al presidente para que éste, desde la ciudad de México, saliera en defensa de la Institución.

Aprovechando el gran predicamento que la Familia Real tiene en la región -dice la delegación española que constantemente les están preguntando por los monarcas-, el presidente defendió "el protagonismo" que don Juan Carlos "ha tenido y tiene entre nuestros dos países", mientras su homólogo, Felipe Calderón, asentía.

Siguiendo esta estela, le definió como "el mejor embajador de España" y "un firme defensor de los países iberoamericanos en todo el mundo". "Es de justicia reconocer su mérito y su dedicación en la defensa de la unidad de la comunidad iberoamericana", continuó, añadiendo que el rey encarna "como nadie" la hermandad de unos países "con misma lengua, cultura e historia común".

Realizada la exposición, y cuando se disponía al apretón de manos con Calderón, un periodista español le abordó, pese a que la comparecencia era cerrada, sin preguntas, en contra de la norma habitual de Moncloa. La pregunta versó sobre las disculpas en sí del rey, y sobre la opinión del Gobierno al respecto. Rajoy rechazó añadir ni una coma más a una respuesta estudiada al milímetro, más allá de para decir que fue "muy claro" en sus palabras, y que nadie duda "su dedicación de tantos años al progreso de España. "No tengo nada más que decir", zanjó.

"Todo lo que sea decir algo más es contraproducente. El Rey ya lo ha dicho todo y lo que hace el Gobierno es elogiar su papel", interpreta un asesor del Ejecutivo. En este sentido, y como una imagen vale más que mil palabras, ahí está el despacho que, tras la llegada de Rajoy de Colombia, mantendrá con don Juan Carlos.

El Partido Popular arropó las tesis del presidente y, pocos minutos después del perdón Borbón, ya hacía público un comunicado muy breve, pero con una idea muy clara: la monarquía "está en sintonía con lo que pueblo espera y necesita de ella". Ni un comentario público más, ni un solo adjetivo ante "lo que es indefendible", como calificó la cacería un alto cargo el lunes.

El Gobierno es consciente de que las aguas aún bajan revueltas y que el asunto se colará en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes, si bien se desprende un gran alivio en todos los cuadros. Esa sensación aumentó al comprobar que el PSOE dejaba el ruido para retomar la música cortesana. "Se estaba abriendo un debate muy peligroso", en opinión del Ejecutivo. En voz de María Dolores de Cospedal, se estaba haciendo un flaco favor "a la democracia". Según las fuentes consultadas, Rajoy llegó a estar "muy preocupado" por lo que estaba ocurriendo.

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