Amando de Miguel: "Las encuestas se hacen por inercia, sin estudiar si funcionan"
La noche electoral andaluza fue una gran sorpresa: todas las encuestas fallaron y todas por un amplio margen. La gran pregunta ahora es ¿qué ocurrió?
¿Por qué las encuestas sobre las elecciones andaluzas se equivocaron pon unos márgenes tan amplios? ¿Pone este fracaso en tela de juicio la estadística en nuestro país? ¿Estamos ante un cambio trasladable al resto de España? Para responder a estas y otras preguntas suscitadas tras el resultado electoral andaluz y la debacle de los sondeos nos hemos puesto en contacto con tres reconocidos expertos en el campo que aportan una visión llena de conocimiento: el sociólogo Amando de Miguel, el presidente de la firma de consultoría e investigación de mercado GAD3, Narciso Michavila; y Pablo Yáñez, socio-director de Campañas Electorales Low Cost.
Los tres han coincidido en exculpar a los votantes y al "voto oculto" un razonamiento que Narciso Michavila dice que "no se puede aceptar" y que a Pablo Yáñez le parece "casi cobarde".
Y también coinciden en señalar dos factores clave que los sondeos no fueron capaces de preveer: por un lado el excepcional comportamiento de IU, que ha doblado su representación en el parlamento y ha captado a muchos exvotantes socialistas; por el otro, el abstencionismo de una parte del electorado popular.
Abstención popular
Los datos muestran a las claras que el problema inesperado ha sido esa desmovilización del electorado del PP. Evidentemente, que los populares hayan perdido 400.000 votos y un 5% en porcentaje respecto a las pasadas elecciones generales y 200.000 sufragios respecto a las autonómicas de 2008 es una obviedad en ese sentido.
Pero esos datos tampoco son tan concluyentes como parece, puesto que de un tipo de elección a otra las cosas cambian y, de hecho, en este caso lo anterior es poco significativo: como nos recuerda Narciso Michavila es la primera ocasión en dos décadas en la que la convocatoria autonómica no coincide con la nacional. Algo que, por cierto, también ha contribuido a los errores en las encuestas ya que los parámetros que manejaban las empresas de demoscopia "eran los de las anteriores, en las que la autonómica era la tercera urna".
Por lo tanto, quizá sean más interesantes los datos que pueden extraerse de esta misma convocatoria: Michavila nos llama la atención sobre la diferencia de participación entre las ciudades del interior andaluz, habitualmente más proclives al voto socialista, y las de la costa, que tradicionalmente son el mayor soporte de los populares: si en las primeras la participación estuvo en un 66%, claramente por encima del 62% de media en toda Andalucía; en las segundas el porcentaje cayó hasta un pírrico 55%.
Es decir, se votó mucho menos en ciudades como Marbella, Algeciras, Puerto de Santamaría o en las propias Málaga y Almería: todo indica que los votantes populares se quedaron en casa.
El "simpatizante no convencido"
Respecto a esta abstención, Amando de Miguel llama la atención sobre un fenómeno que los estudios estadísticos no están sabiendo medir: el de los votantes que simpatizan con los populares pero, paradójicamente, "no están de acuerdo con el PP". Muchos de ellos, prosigue el famoso sociólogo, "votan con la nariz tapada", pero otros "se han quedado en casa".
La razón para ello, una campaña con la que De Miguel es muy crítico: "Ha sido atroz, chulesca, prepotente, con un triunfalismo que en España no se acepta". Menos duro, Narciso Michavila no niega que la campaña popular ha sido "demasiado plana", aunque matiza que "estas cosas son muy fáciles de ver a toro pasado".
Para Michavila el gran error podría haber sido centrar la campaña en asuntos que "no son lo que preocupa a la gente, que está agobiada por su realidad inmediata". Además, señala que al poner el foco en la corrupción se ha podido transmitir la sensación "de que toda Andalucía es corrupta, con lo que el votante se reafirma y vota al partido que considera 'más andaluz', que es el PSOE".
Pablo Yáñez, por el contrario, recuerda que la mayor parte de expertos asegura que las campañas "apenas movilizan un pequeño margen de voto", pero sí llama la atención sobre un factor que estima que ha podido tener influencia: la ausencia de Arenas del debate, "quizá no tanto en la línea de pérdida de votantes del PP como de la movilización del electorado del PSOE". Para él, otro factor crítico ha sido "el control socialista de las televisiones públicas", en referencia a TVE y Canal Sur.
En lo que todos vuelven a coincidir es en que asuntos externos a la propia Andalucía han tenido muy poca incidencia: por ejemplo, Amando de Miguel señala que la reforma laboral "ha influido muy poco" aunque "se diga porque le interesa a la izquierda".
Un sentimiento que las encuestas no han captado
¿Por qué las encuestas no captaron esa desafección del votante popular? Pablo Yáñez reconoce que se han cometido errores y también habla del efecto desmovilizador que pueden tener los propios sondeos, mientras que Amando de Miguel es bastante más duro con el sector de la demoscopia.
Y es que según el sociólogo las encuestas de hoy en día se hacen con "plantillas estereotipadas, por inercia, sin estudiar si realmente funcionan". A su juicio, las preguntas son demasiado evidentes y algunas, que siguen haciéndose, abiertamente inútiles, como la de la valoración de los políticos: "Es una estupidez, cuanto más conocido es un político mas votos negativos cosecha, y todo el mundo les da notas bajas porque así se desahoga".
"Hay que hacer – prosigue De Miguel – preguntas más sutiles, por ejemplo, ninguna encuesta evalúa el clientelismo que es tan importante en Andalucía". Reconoce el sociólogo que "no es fácil, comprendo que es complicado", pero "sin averiguar estas cosas indirectas no sabes nada".
¿Lectura en toda España?
Otro aspecto en el que todos nuestros expertos coinciden es que lo ocurrido en Andalucía no puede extrapolarse al resto de España, al menos en líneas generales aunque sí hay datos que leer con detenimiento: tal y como nos señala Narciso Michavila a pesar de la euforia socialista "la ola negativa del PSOE se mantiene: han perdido un 30% de los votos".
Amando de Miguel es el más contundente para descartar correspondencias entre el resultado andaluz y la situación electoral en el conjunto de España: "Andalucía es un caso único, es como si fuera otro país y, sobre todo, es otro régimen". Un régimen para el que De Miguel tiene palabras muy duras: "Andalucía se parece cada vez más a Grecia o a Argentina: hipertrofia estatal, intervencionismo, sistema clientelar y, como colofón, la corrupción. Es peronismo puro", concluye.
En este sentido se expresa también Pablo Yáñez, que considera que el "problema" en estas elecciones ha sido que "sin una gestión que ya se pueda juzgar, se ha impuesto el voto más emocional, y en este caso, más clientelar". Sin embargo, dentro de unos años "si el PP es capaz de gobernar bien en España, habrá cumplido con quienes le votaron el 20 de noviembre".
Eso, claro está, solo lo sabremos dentro de unos años, cuando las urnas refrenden lo que nos vayan adelantando las encuestas... o no.
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