Tras la inesperada derrota en las elecciones generales de 2004 Javier Arenas, entonces vicepresidente del último Gobierno de José María Aznar, decidió volver a la política andaluza. Tenía la espina clavada de dos derrotas electorales frente al PSOE, en 1994 y 1996. Curiosamente las que han experimentado en sus carnes Felipe González, Aznar y ahora Mariano Rajoy antes de, haciendo bueno el dicho, lograr a la tercera llegar a La Moncloa. En su caso la tercera también fue derrota, en 2008. Pero entonces el ciclo político favorecía al PSOE (José Luis Rodríguez Zapatero arrasó con más de once millones de votos en las generales) y Arenas había tenido que asumir el difícil hándicap de liderar la oposición andaluza sin estar presente en el parlamento regional. Circunstancias superadas esta noche, en la que por primera vez le ha ganado al PSOE, aunque lejos de la mayoría absoluta que le hubiese permitido poner fin a la hegemonía socialista en Andalucía.
En el tiempo de reflexión que se abre para los populares tras esta pírrica victoria en votos y escaños, que es una derrota a todas luces, deberán dilucidar qué ha fallado. Y puede que muchos miren al candidato, pero lo cierto es que no es Arenas el único que ha fracasado en el intento de llegar al Gobierno. En 2000 y 2004 la candidata fue Teófila Martínez, la muy popular alcaldesa de Cádiz, donde se ha impuesto con porcentajes de voto superiores incluso al 60%. Un aval que no parece suficiente para romper el techo del PP, y por extensión del centro derecha español, en la región andaluza. Muchos lo achacan a la abstención de UCD y Alianza Popular en el referéndum de 1980 sobre el Estatuto de Autonomía. Quizá por ello Arenas caminó junto al PSOE en la reforma de la norma estatutaria, realizada durante la primera legislatura de Zapatero, en 2006. Un texto en el que se aludía a la "realidad nacional" andaluza.
Por otra parte, nunca como esta vez el PSOE había llegado tan dividido a la cita electoral. Desde que José Antonio Griñán tomase el relevo de Manuel Chaves en la primavera de 2009, todo han sido problemas. La dimisión del consejero de gobernación, Luis Pizarro, hombre vinculado a Chaves, sacó a la luz pública la crisis del partido. Una situación que se ha prolongado hasta el reciente distanciamiento de Griñán y Alfredo Pérez Rubalcaba, después de que el primero apoyase a Carme Chacón en el último Congreso socialista. Además, nunca como ahora se habían evidenciado los abusos de la etapa socialista, en particular por el caso de los ERES, que ha llevado a la cárcel al que fuera director general de empleo de la Junta.
Pese a todo, y con más escaños que nadie, el PP seguirá en la oposición. La incógnita es si habrá quinta oportunidad para Arenas.
Arenas pierde su gran oportunidad
Después de tres derrotas, su primera victoria le condena de nuevo a la oposición.
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