No hay encuesta que calme los nervios a cuatro días de las elecciones en Andalucía. En las últimas horas tanto el candidato, Javier Arenas, como el PP en general, desprenden cierta sensación de vértigo -siempre en privado, eso sí- ante la inminencia de unos comicios que pueden acabar con el que, tal vez, sea el bastión más importante del socialismo.
Desde el lunes ya no se publican más sondeos. Los últimos, conocidos en avalancha el domingo, auguraron una cómoda mayoría absoluta para Arenas. También los estudios demoscópicos para consumo interno certifican que, si nada cambia hasta el 25-M, el PP sobrepasará el umbral de los 55 escaños en la Cámara autonómica y el Palacio de San Telmo pasará a ser de color azul.
“La mayoría absoluta es posible pero todavía está en el aire”, dijo, este mismo miércoles, el propio Arenas, en una entrevista en la Cadena SER. La percepción en la cúpula del PP, con esos sondeos en mano, es que esta vez sí caerá el “cortijo rojo”, como algunos llaman a Andalucía. “¡Ganamos!”, proclamó recientemente Mariano Rajoy, muy implicado en la victoria. El viernes, cerrará los actos de campaña junto a su “amigo Javier” en Sevilla, ante más de cuatro mil simpatizantes.
Ahora bien, quienes conocen la comunidad advierten: “Hay muchos pueblos, localidades medianas y pequeñas en las que es difícil hacer calar el mensaje”. En algunas zonas “ha calado la idea de que el PP acabará con las ayudas, de las que viven muchas personas”. El mensaje es de difícil encaje, admiten, más aún en una comunidad cuyo desempleo supera el 30%. En algunas zonas se acerca peligrosamente al 35% de la población activa.
Esta realidad, que no se vive en las capitales de provincia y grandes ciudades, es la que más inquietud provoca, y que aumenta con el paso de las horas. A esto se suma la sentencia contra Jaime Matas, que supuso un jarro de agua fría para un PP centrado en denunciar las corruptelas del PSOE en Andalucía. Arenas fue de los pocos que, en su día, se afanó en defender la honorabilidad del que fue su compañero de Ejecutivo, y desde las filas socialistas no tardaron en utilizarlo.
Nerviosismo que, interpretan en el PP, es aún mayor en el PSOE, cada vez más próximo al precipicio. Lo que ha reclamado Arenas a los suyos es que no caigan en la provocación, que "no haya insultos". "Frente a la campaña sucia, propuestas", podría ser el eslogan. En este sentido, Arenas se compromete a reducir el 50% de los cargos directivos del área sanitaria, según un argumentario interno al que tuvo acceso este diario. Además, unirá las consejerías de Sanidad y Servicios Sociales y reformará la Ley de Transparencia de la Publicidad de la Junta de Andalucía.