La familia del exjefe de ETA político-militar Eduardo Moreno Bergaretxe, alias Pertur, que fue visto por última vez el 23 de junio de 1976 en San Juan de Luz (Francia), se ha mostrado partidaria de que la Audiencia Nacional archive la causa sobre su desaparición ya que no hay posibilidad de practicar más diligencias.
Fuentes jurídicas han explicado a EFE que la familia de Pertur ha comunicado esa postura al juez Fernando Andreu, que investiga la desaparición del exjefe de ETA desde que, en noviembre de 2008, admitiera a trámite una querella de los padres del etarra en la que se barajaban tres hipótesis sobre su desaparición.
Coincidiendo con el criterio de la familia de Moreno Bergaretxe, la Fiscalía también apoya el sobreseimiento de la causa al entender que el magistrado ha practicado todas las diligencias posibles que pudieran aportar algún dato sobre el paradero del exdirigente del aparato político militar de la banda terrorista.
Entre las hipótesis sobre la autoría de la desaparición de Pertur, está la de que fuera un sector de ETA ya que éste era favorable a buscar una solución política al conflicto del País Vasco; otra señala a grupos de extrema derecha y una tercera apunta a que los responsables podrían haber sido neofascistas italianos bajo las órdenes de los servicios secretos españoles.
Al admitir la querella Andreu argumentó que el hecho de que las últimas personas con las que se vio a Pertur fueran miembros de ETA –Francisco Múgica Garmendia Pakito y Miguel Ángel Apalategi Apala–hace que sea "racionalmente concebible" que los hechos hubieran sido cometidos por la banda.
Los Bereziak –grupos especiales de ETA de los que formaban parte Pakito y Apala– secuestraron a Moreno Bergaretxe por orden de Eugenio Etxebeste Antxon con la intención de evitar su participación en una asamblea de la organización, ya que lo acusaban de poner en peligro la seguridad de la banda por mandar una carta a un miembro en prisión.
Ante el juez, Pakito reconoció que él y Apala se encontraron casualmente con Pertur ese 23 de junio y lo llevaron desde San Juan de Luz hasta Behobia (Guipúzcoa), donde lo dejaron, sin saber qué ocurrió después.
Sin embargo, a los pocos días de su desaparición, dos organizaciones de signo ultraderechista y con vinculaciones con los cuerpos de seguridad y de inteligencia de la época, el Batallón Vasco Español y la Alianza Apostólica Anticomunista (Triple A), reivindicaron su secuestro y posterior asesinato.
Ésta también fue la hipótesis que sostuvo Antxon cuando compareció ante Andreu, que no ha podido interrogar a Apala puesto que las Fuerzas de Seguridad no han localizado su paradero actual después de que en la década de los noventa se le situara en Cuba, donde se habría trasladado desde Nicaragua y refugiado junto a otros etarras.
La tercera posibilidad se basa en el testimonio que prestó un neofascista, condenado a cadena perpetua en Italia, quien durante un juicio en este país dijo que habían matado a un español en el sur de Francia por orden de los servicios secretos españoles, aunque su testimonio ante Andreu, que se desplazó a tomarle declaración hasta Venecia, "no aportó nada" a la causa.
El juez también ha escuchado los testimonios de la que fuera compañera de Pertur, Lourdes Auzmendi, y del expreso etarra Juan José Gurrutxaga, quienes culparon a Pakito y a Apala de su desaparición, así como al exresponsable de las relaciones internacionales de ETA-pm en 1976 y al entonces delegado de frontera y comisario jefe de Irún (Guipúzcoa).
Las fuentes consultadas han indicado que, tras la práctica de todas estas diligencias, el magistrado no ha hallado indicios que señalen "claramente" la autoría de la desaparición de Pertur, por lo que próximamente acordará el archivo de las actuaciones.