En su declaración judicial de 43 folios, a la que ha tenido acceso EFE, el duque de Palma ha admitido haber intervenido en dos proyectos empresariales en 2008 y haber abordado por correo electrónico cuestiones relativas a diversas facturaciones a empresas, pero ha alegado que dicha actuación "en modo alguno" contraviene la recomendación que le hizo la Casa del Rey cuando saltaron las primeras noticias sobre Nóos.
Según ha explicado Urdangarin en su comparecencia judicial, la recomendación se refería a la no conveniencia de contratar con instituciones públicas, y él nunca entendió que le estuviera vedada la actividad empresarial con el sector privado. Los dos proyectos en los que intervino en 2008 fueron con sociedades privadas. En concreto, Urdangarín intervino en un proyecto de consultoría para la empresa Aguas de Valencia por 500.000 euros, que le fue encargado por el empresario Miguel Zorío, dueño de Lobby de Comunicación y también imputado en la causa.
El segundo proyecto de consultoría fue encargado por Zorío a Nóos, por 900.000 euros, para los Juegos Europeos que debían celebrarse en Valencia. El duque de Palma ha dicho ante el juez que se desligó de este trabajo cuando se desvinculó de Nóos.
El yerno del rey ha explicado, en respuesta al fiscal anticorrupción Pedro Horrach, que la explicación de la Casa Real para recomendar que no tuviera relación con Torres fue que habían aparecido "determinadas informaciones en prensa" y que a la institución le preocupaban los temas de contratación pública.
El duque de Palma ha admitido que fue suya la idea de crear la Fundación Deporte -donde su papel era presidir el consejo asesor de deportistas- y ha explicado que vinculó a Torres en la misma, a pesar de la recomendación de la Casa Real, por entender que nunca quebrantaba dicha sugerencia que se limitaba a que no mantuviera relaciones mercantiles a largo plazo con su exsocio "pero no puntualmente".
Los folletos de Nóos
Urdangarin también ha explicado ante el juez que decidió incorporar al asesor de las infantas Carlos García Revenga en el Instituto Nóos porque Torres había incorporado a familiares suyos a la entidad y él pensó en García Revenga por ser una persona de su confianza.
Ha detallado que no informó a la Casa Real del nombramiento de García Revenga porque era conocido que el asesor participaba en una serie de fundaciones que no le impedían ejercer sus funciones de asesoría. Ha explicado que tanto Revenga como la infanta aparecían en folletos divulgativos del Instituto Nóos porque quería ofrecer a sus interlocutores la máxima transparencia sobre la constitución del instituto.
Jugando al pádel con Matas en Marivent
Por otro lado, en la declaración Urdangarín ha dicho que no dio cuenta ni "a su esposa ni a su suegro" de la reunión que mantuvo en el palacio de Marivent con Jaume Matas para hablar de negocios privados.
Urdangarin ha reconocido que en los jardines de Marivent "se produjo una conversación con el señor Matas" en relación con sus "negocios privados". "Se trataba de jugar al páddel y le pareció oportuno hacerlo en Marivent", ha dicho el duque, quien añadió que "no dio cuenta de esta reunión a su esposa ni a su suegro".
La mediación de Samaranch
Por otro lado, Urdangarín también declaró que el que fuera presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, le animó a ofrecer a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que la ciudad acogiera el foro sobre deporte Valencia Summit, que se celebró en 2003, 2004 y 2005 con un coste total de 2,7 millones de euros.
Según se recoge en su declaración judicial, "en una de las diversas reuniones" que el duque de Palma mantenía con Samaranch, éste le expresó "su pesar" porque Valencia "no supiera aprovechar" la repercusión de la Copa América de vela y le "sugirió que hiciera un estudio sobre la implicación de la ciudadanía al respecto y que se lo presentara".
El marido de la infanta Cristina presentó al ya entonces expresidente del COI su idea de organizar un foro sobre deporte con el nombre de Valencia Summit, un proyecto que Samaranch se comprometió a hacer llegar a Barberá.
Aunque ha admitido haber participado en "diversas reuniones" para preparar el evento, ha negado que participara en fijar el precio que se estableció por cada Valencia Summit, 900.000 euros, una decisión que ha atribuido a Torres, aunque ha admitido que conocía la cifra. No obstante, ha defendido ese "canon" por "la necesidad de traer expertos internacionales" y por "la exclusividad del proyecto".
Según se recoge en la declaración, Urdangarín ha dicho al juez que nadie le pidió explicaciones sobre el precio cobrado por el Instituto Nóos para organizar los foros y que "habrá que preguntarle a Torres" sobre ese extremo.