Pequeños cambios aunque, mayoritariamente, más de lo mismo. El brazo político de ETA presentó este domingo su documento político "Viento de solución", su última aportación al proceso de final negociado del terrorismo que se iniciase con el anterior gobierno de Rodríguez Zapatero.
En un acto celebrado en el Palacio de Congresos Kursaal de San Sebastián, los acólitos de ETA exigieron al Ejecutivo de Mariano Rajoy inmunidad casi total para los miembros de la banda terrorista que se encuentran en libertad como condición a que se pueda seguir avanzando en esa negociación.
En esa misma línea, aprovecharon la ocasión para, como suele ser habitual en ellos, equiparar la actividad asesina de la banda con la labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo y la política penitenciaria de todos los gobiernos.
"ETA ha dado por finalizada su actividad armada. Sin embargo, este hecho no ha traído consigo el fin de todas las violencias", dijeron. Tras lo cual solicitaron "el final de la actual política penitenciaria", "el final de la dispersión", y "el final de la política de represión, acoso policial y detenciones contra militantes independentistas, así como los juicios y los encarcelamientos".
Batasuna llamó a abrir una negociación entre ETA y los gobiernos español y francés para alcanzar un acuerdo que "no busque que ni vencedores ni vencidos, sino una solución de la que todo el país salva vencedor".
Asimismo, reivindicaron la "desmilitarización" de la comunidad vasca, algo que tendría lugar a partes iguales "con el desmantelamiento de las estructuras militares de ETA" y la inutilización de su arsenal y con el abandono de los territorios que reivindican de las Fuerzas de Seguridad españolas y francesas.
Los únicos cambios en la postura proetarra giraron en torno a la pequeña autocrítica sobre la posición que han mantenido en sus treinta años de existencia como formación títere de ETA. La primera novedad, es que reconocen el dolor causado por la organización terrorista. La segunda, que piden disculpas por la posición mantenida frente a las víctimas de la banda.
"La Izquierda Abertzale acepta que mediante sus declaraciones o actos ha podido proyectar una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por las acciones de ETA. Ante ello, lamenta el daño que de manera no deseada haya podido añadir con su posición política. Y reconocemos que, en la crudeza del conflicto, nos ha faltado hacia las víctimas la sensibilidad mostrada con otras. Lo reconocemos sin ambages, y deseamos que sea aceptado con la misma sinceridad con la que se muestra", dijeron.
A esto, añaden su supuesto "profundo pesar tanto por las consecuencias dolorosas derivadas de la acción armada de ETA como por nuestra posición política con respecto a las mismas, en la medida en que haya podido suponer –aunque no de manera intencionada– un dolor añadido o un sentimiento de humillación para las víctimas".
Aun así, los proetarras volvieron a equiparar a las víctimas del terror etarra con los terroristas que denuncian torturas –una estrategia ordenada por la dirección etarra–, los que han muerto en enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad o "las muertes producidas por fuerzas parapoliciales o terrorismo de Estado".
Batasuna propuso asimismo la creación de una Comisión de la Verdad, "de naturaleza internacional e independiente, políticamente imparcial", cuya finalidad sería la de crear un relato pactado de lo acontecido en los cincuenta años de violencia terrorista, de modo que al introducir su versión de los hechos en ese relato final, la barbarie etarra quede un poco diluida ante futuras generaciones.