El dispositivo policial establecido en torno a la declaración de Iñaki Urdangarin impide cualquier comunicación desde la sala de los juzgados en la que el duque de Palma está siendo interrogado sobre las supuestas actividades irregulares del Instituto Nóos.
Todas las personas presentes en la sala F de la sede judicial palmesana, incluido el propio imputado, han tenido que entregar a la policía sus teléfonos móviles antes de acceder a la habitación.
Los agentes que velan por la seguridad de la comparecencia incluso han retirado a los letrados personados en la causa otros dispositivos electrónicos como tabletas y ordenadores portátiles.
Además, aunque la policía no ha confirmado oficialmente este extremo, se están empleando equipos inhibidores de señal que hacen barridos periódicos para evitar cualquier comunicación desde el interior de la sala.
Esta circunstancia ha afectado durante todo el día a los periodistas que siguen la jornada de declaración desde el aparcamiento interior de los juzgados, donde los teléfonos y las tarjetas de conexión a internet sufren continuas interrupciones.
Cuando hace dos semanas comenzó la ronda de declaraciones de imputados establecida por el juez instructor, José Castro, los informadores que trabajaban junto al edificio de Vía Alemania ya sufrieron los efectos de los inhibidores de señal, que también se vivieron el pasado sábado.
A pesar de estos problemas con la señal telefónica y de internet, las decenas de periodistas acreditados han podido transmitir imágenes y crónicas de un acontecimiento que ha despertado una expectación mediática insólita en Mallorca.
Ni móviles, ni tabletas ni ordenadores portátiles
La policía impide cualquier comunicación desde la sala donde declara Urdangarín.
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