El brazo político de ETA dará este domingo un nuevo paso en la hoja de ruta para un final negociado del terrorismo. En un acto que tendrá lugar en el Palacio de Congresos Kursaal de San Sebastián, en el que estarán las caras más simbólicas de la estructura política de la banda que permanecen en libertad, harán un guiño calculado a las víctimas de ETA.
Además, reconocerá el daño causado por treinta años de terrorismo etarra e insistirá en apoyar la "irreversibilidad del proceso", es decir, que "no habrá una vuelta atrás", como supuesta garantía de que ETA no volverá a actuar, tal y como anunció la banda criminal en el comunicado que hizo público el pasado 20 de octubre, un mes antes de las elecciones generales.
La intención es que estos gestos sean interpretados por el resto de partidos como un movimiento de calado en sus posiciones. Algo que sin lugar a duda venderán así las formaciones políticas con las que está aliada en las coaliciones de Bildu y Amaiur (EA, Aralar y Alternatiba) y otras fuerzas nacionalistas, y que también estarían dispuestas a comprar otras formaciones como PSOE-PSE y PNV.
Pese a esto, Batasuna no se moverá un ápice de su defensa de un final sin vencedores ni vencidos, para lo que no tendrá reparos en insistir en la tesis de que en la comunidad vasca y Navarra "se han vivido las consecuencias de múltiples violencias", o sea, que equiparará la actividad de ETA con la legítima labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo.
En esta misma línea, pedirá a los Gobiernos de España y Francia que reconozcan su parte de culpa y defenderá también la existencia de "víctimas del conflicto" en el bando etarra, a las que no dudará en equiparar con las causadas por ETA.
Por último, propondrá que se haga un relato pactado de lo sucedido durante los cincuenta años de actividad terrorista, con el objetivo de intentar justificar para generaciones posteriores el daño causado por la organización criminal.