La viuda de Gregorio Ordóñez apoya a Díez y tacha de inmoral mantener a Amaiur

La presidenta de la Fundación Gregorio Ordóñez, Ana Iribar, ha expresado su solidaridad con la diputada de UPyD Rosa Díez por su "soledad" ayer en el Congreso y ha considerado "un contrasentido inmoral" mantener a Bildu y Amaiur "como si fueran uno más, sin que hayan tan siquiera condenado a ETA".

La viuda del concejal guipuzcoano del PP asesinado por ETA en 1995 ha opinado así, en un comunicado, sobre el hecho de que todos los grupos parlamentarios de la cámara baja, entre ellos el PP y el PSOE, dejaran ayer sola a Unión Progreso y Democracia en su pretensión de iniciar el proceso de ilegalización de Bildu y Amaiur, al entender que la propuesta era "demagógica" y carecía de "base jurídica".

Ana Iribar asegura que cuando escuchó ayer a Díez se acordó de "la soledad" con la que Gregorio Ordóñez defendía sus principios, especialmente, en todo lo relacionado con ETA, lo cual, a su juicio, no era una cuestión "de propaganda" sino de "honradez personal, de ética democrática y de justicia hacia las víctimas del terrorismo".

"La soledad frente a los grandes sólo hace a éstos más pequeños, sobre todo, cuando no tienen razón", afirma la viuda de Ordóñez, quien se pregunta "por qué no se puede pretender ilegalizar a Bildu y a Amaiur y a cualquier otra formación que guarde una mínima relación con ETA".

"¿Tan difícil es para nuestros demócratas ser coherentes con la legislación que ellos mismos aprueban?", cuestiona Iribar, quien recuerda que se acaba de aprobar una ley de apoyo a las víctimas que rechaza "cualquier asomo de etarras en nuestras calles", por lo que insta en consecuencia a empezar "por las instituciones".

En su opinión, "es un contrasentido inmoral mantenerlos como si fueran uno más, sin que hayan ni tan siquiera condenado a ETA y toda su historia delictiva, mientras ETA no se haya entregado y disuelto".

"Estamos hartos ya de tanta ambigüedad, ésa que el PSOE y el PP tanto han criticado siempre", se queja Ana Iribar, quien agrega que "la soledad política a veces es hasta buena", pues "vale más estar solo que mal acompañado, sobre todo cuando se desnuda la verdad del gigante al que uno se enfrenta: derrotar a ETA desde la dignidad y la coherencia democráticas".