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Rubalcaba, a Rajoy: el rechazo a la reforma laboral será "frontal"

Rajoy advirtió a Rubalcaba que el Gobierno será riguroso en la aplicación de sus reformas, incluidos los PGE. La renovación del TC, antes de junio.

El presidente del Gobierno gana en las distancias cortas. Sin cámaras a la vista, se relaja. Quienes con él han compartido mantel elogian su comportamiento “afable” y “campechano”. Y éste fue un factor fundamental para que el primer encuentro institucional con Alfredo Pérez Rubalcaba se alargara cuatro horas, en el que tocaron casi todos los palos, pero principalmente el económico.

Las diferencias de fondo siguen ahí, y se confirman insalvables -en especial, en relación a la reforma laboral-, pero la sintonía entre Mariano Rajoy y el nuevo jefe del PSOE (que estuvieron a solas, sin ningún asesor) permitió abrir cauces de comunicación en otros aspectos que se antojan clave, como la renovación de los órganos del Estado que siguen en cuadro.

Renovación del TC, antes de junio

Gobierno y PSOE se dan largo tiempo para dar una salida a la crisis del Tribunal Constitucional. “Hasta el final de este periodo de sesiones”, que acaba en el mes de junio. Aunque podría ser antes.  También están pendientes de solución el Defensor del Pueblo y el Tribunal de Cuentas, así como la dirección de RTVE.

Intención de ambos es también excluir del rifirrafe diario la política exterior, la Defensa y ETA. En voz de Rubalcaba, que compareció al término del despacho, estos son asuntos “de Estado, y tienen que ser acordados” entre el Ejecutivo y el principal partido de la oposición.

Lealtad ante "los bulos" contra España

No necesitaron mucho tiempo para despachar estos asuntos. Tal vez entre las alcachofas rellenas de setas y la chuleta de Ávila que almorzaron. El grueso del encuentro versó sobre la crisis económica y, en especial, sobre el control que la Unión Europea tiene sobre nuestras cuentas. El primer punto para Rajoy en este sentido fue arrancar de Rubalcaba un compromiso de lealtad, por ejemplo cuando surjan “bulos” como el del maquillaje del déficit público, y que en un primer momento fue alentado por el PSOE. Ahora, su líder se ciñe al “tajante desmentido” de Bruselas.

No hubo acuerdo sobre la revolución del mercado laboral. De hecho, Rubalcaba le advirtió de que planea presentar una enmienda a la totalidad en el Congreso, y le expuso su postura “enormemente distante”. Sus “objeciones de fondo” chocaron con la firmeza del jefe del Ejecutivo, convencido de que va en la senda de la recuperación, aunque en mitad de camino tenga que enfrentarse a una huelga general.

Por el contrario, Rajoy recibió el “sí” del líder socialista para la restructuración del sistema financiero para hacer fluir el crédito y ambos se emplazaron a seguir negociando sobre la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Habrá un grupo de trabajo para potenciar la I+D+I.

Los PGE serán "creibles"

Pero, principalmente, se habló de la Unión Europea, y de los compromisos adquiridos. Como suelen decir en Moncloa, esto ya es de facto política doméstica, y el presidente fue muy crudo en su exposición, partiendo de la base de que España sufre una “situación de decrecimiento”. A Rubalcaba le dijo que la administración cumplirá con el límite del déficit público, aunque espera que este se adecue a unas previsiones económicas reales.

Bajo la premisa de que la UE tiene que ser “realista” sobre las cuentas españolas, el presidente defendió que aún no haya presentado los Presupuestos Generales del Estado. Primero, actualización de previsiones, después modificación del techo del déficit público -actualmente del 4,4%-, elaboración del cuadro macroeconómico y, finalmente, informe de las cuentas públicas.

Ahora bien, lo que también dejó claro el presidente es que los Presupuestos serán “creíbles”, con todo lo que esto conlleva. Tal y como adelantó este diario, la orden de Presidencia a los ministros es “ahorrar hasta quedar en lo imprescindible”, y así quedará de manifiesto en las cuentas. Un tijeretazo que será superior a los 15.000 millones de euros ya atesorados con el primer paquete de medidas.

Moncloa espera una legislatura "caliente"

Rubalcaba asintió, pero en Moncloa creen que protestará. De hecho, se extiende la impresión de una legislatura a cara de perro, a pesar del “tono positivo” de la cita. A imagen y semejanza de la bronca sesión de control. Sí que hubo concomitancia sobre la necesidad de que Grecia siga estando en el euro, pero siempre cumpliendo sí o sí con los requisitos.

En un marco más general, tanto presidente como líder de la oposición se comprometieron a dialogar. El primero le informará sobre todo lo relacionado con Europa, y el segundo le premiará con lealtad. Rubalcaba se marchó con la impresión de que mucho queda para sacar a España de la crisis, Rajoy se congratuló que su principal rival tenga claro que no le temblará el pulso.

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