Juan Carlos Rodríguez Ibarra autorizó, poco antes de acabar la legislatura en la que dejó el poder en Extremadura, que la Consejería de Educación firmase el acuerdo con la Universidad para las prejubilaciones de oro de las que ahora disfruta el socialista.
Gracias a estas prejubilaciones, 70 profesores universitarios entre los que se encontraba Ibarra, recibieron un complemento extra durante tres años y su salario completo a cambio de dejar de dar clases. Sin embargo, el expresidente de Extremadura tan sólo impartió dos cursos antes de acogerse a este privilegio.
Según El Mundo, la autorización para que la consejera de Educación firmase el convenio se produjo en el Consejo de Gobierno el 25 de abril de 2007. El 27 de mayo se celebraron las elecciones. El día que se autorizó se dio también luz verde al presupuesto, casi 14,5 millones de euros para su puesta en marcha inmediata y con una duración de diez años.
Según la Junta, el objetivo del convenio era "la mejora continua de la calidad y las condiciones en la que la Universidad presta su servicio a la sociedad" y con el fin de evitar que hubiera un "envejecimiento" de la plantilla universitaria.
Meses antes del convenio, Rodríguez Ibarra había anunciado que se retiraba de la política tras sufrir un infarto y que regresaría de manera inmediata a la docencia como profesor en la Universidad de Extremadura. Concretamente a la Facultad de Educación, en el departamento de Lengua.
Ibarra comenzó a dar clases en enero de 2008 tras un periodo de "reciclaje", tal y como él lo definió. Pero sólo dio clases hasta septiembre de 2009, al acogerse a la prejubilación incentivada autorizada por él mismo antes de dejar el poder.