¡¡¡¡ Y que viva la mamandurria ¡¡¡¡
Una vez aborregado el rebaño convenientemente, la casta parasitaria sigue apesebrada y ordeñando al ganado sin piedad... mientras los borreguitos pastan felices a la espera del nuevo sangrado...
País de carne con ojos... que pena... que asco.