Según han explicado a ABC, se trata de un gesto de austeridad pero también de "sentido común", ya que ambos tienen su domicilio habitual en Madrid, y no han visto necesario trasladarse a las viviendas oficiales y recurrir al dinero público.
Se trata de residencias oficiales que datan de la legislatura de 1989, cuando fueron construidas para los presidentes del Congreso y del Senado, que entonces eran Félix Pons y Juan José Laborda.
El presidente del Congreso cuenta con una vivienda oficial de tres pisos en una zona de lujo de Madrid, muy cerca del Museo del Prado y la Iglesia de los Jerónimos, junto a la Casa de Galicia. La mayoría de los gastos de la residencia se incluyen en los contratos generales de todos los edificios del Congreso.
El Senado, por su parte, cuenta con una residencia oficial para su presidente en el distrito de Moncloa. Se trata de un chalé de tres pisos situado en una zona universitaria de colegios mayores, con salones para recepciones en la segunda planta, y diversas dependencias particulares en la tercera.
La vivienda tiene gastos fijos como el IBI de 3.875,88 euros al año, o los 1.903,06 euros por paso de vehículos. También paga 173 euros como tasa de basuras. En total, dice ABC, sus gastos suman 25.919,72 euros anuales, aunque el ahorro por no ocupar la vivienda es menor ya que los impuestos y la calefacción se siguen pagando.
Las Cortes deben ajustarse el cinturón y la nueva congelación de sueldos de este año, anunciado por la mesa del Congreso y el Senado, así como la suspensión de las aportaciones al plan de pensiones de diputados, senadores y trabajadores de las Cámaras, dibuja un panorama crítico en el que los presidentes parlamentarios han querido ser los primeros en dar ejemplo.
Son gastos a los que hay que sumar el mantenimiento de jardines, climatización y limpieza, que en ambas viviendas están incluidos en contratos de servicios generales vinculados a las dependencias de la Cámara.