Mariano Rajoy defendió su ambicioso plan para despolitizar la Justicia. Aún más, se mostró satisfecho de que todo lo anunciado por el ministro del ramo, Alberto Ruiz Gallardón, estuviera perfectamente explicado en su Programa Electoral. Punto por punto, incluida la nueva formulación para el Consejo General del Poder Judicial, extremo que más ha escocido en las filas del PSOE.
Sin embargo, el presidente no se inmutó ante el enfado de buena parte de la oposición: “He escuchado con atención las críticas, las respeto”, pero “todas las propuestas, hechas por Sáenz de Santamaría y Gallardón, figuraban” en su carta de presentación a las elecciones, y el 20-N el PP fue votado “por una parte muy sustancial de los españoles”.
“Las críticas no me parecen ni bien ni mal. Las escucho. Pero los españoles han dado su OK”, remató, en su defensa a lavar la cara a los órganos judiciales.
La tranquilidad contundente con la que Rajoy respondió al primer órdago serio de la oposición incluyó, casi de inmediato, comentarios de cargos cercanos: “Tal vez es que no se hayan leído el programa. O que Rubalcaba, que parecía que se lo sabía al dedillo en el debate, no le dio importancia alguna”, se jactó un asesor. El propio jefe del Gobierno hurgó en la herida: “En la campaña electoral no dijeron ni una sola palabra”.
Así que, puestos los mimbres, el presidente dio una breve explicación de por qué sí apuesta por las revolucionarias reformas: “Independencia y separación de poderes, mejor Justicia y mayor agilidad. Estas son las razones”, sentenció, en presencia de su homólogo peruano, Ollanta Humala.
En concreto sobre la renovación del CGPJ, recordó que el sistema propuesto por su administración casa a la perfección con la Constitución y, no sólo eso, si no que es “preferible” -en voz de los juristas- al procedimiento actual, que fue hecho por el PSOE en 1985 “sin pactar con nadie”.