El supercontrato de 6 millones de euros que suscribió la Generalitat valenciana con el Instituto Nóos de Iñaki Urdangarín para organizar los Juegos Europeos salió adelante en 2005 "a propuesta" del entonces presidente, Francisco Camps.
El expresidente de la Generalidad fue el artífice personal del pacto con el duque de Palma, y para justificar la polémica concesión, el gobierno valenciano no dudó en inflar el historial del Instituto Nóos, del que destacó "su gran experiencia en organización de grandes eventos deportivos", cuando su historial en la materia se reducía a cero.
A pesar de que estos Juegos Europeos nunca se celebraron, el Instituto Nóos se llevó 382.000 euros del erario valenciano, a los que hay que añadir los 3,5 millones de los tres Summit que sí tuvieron lugar.
El máximo órgano de gobierno de la Generalidad, el Consejo, adoptó este acuerdo en vísperas de la Nochebuena de 2005, concretamente, el 23 de diciembre del segundo año del primer mandato de Francisco Camps.
El Mundo muestra el acuerdo del Ejecutivo autonómico con el Instituto Nóos, y en el documento podemos leer el motivo esgrimido por el Gobierno de Camps para otorgar el multimillonario contrato al yerno del Rey: "La Asociación Instituto Nóos de Investigación Aplicada dispone de un selecto número de expertos internacionales en estrategias de patrocinios deportivos y organización de grandes eventos deportivos, tanto del sector público como privado".
Esta última aseveración es falsa, ya que el Instituto Nóos no había participado ni organizado un solo evento deportivo. Su experiencia se reducía a tres congresos: dos en Valencia y uno en Baleares.
Por último, según reza el convenio, el gran objetivo es que Nóos se implique "en los países cuyas embarcaciones compiten en este evento y, de modo singular, China". La Generalidad liquida en cinco páginas el asunto, y prácticamente no justifica los 6 millones otorgados al Instituto.