Garzón pide que se escuchen las grabaciones a los abogados de Gürtel
El juez de la Audiencia Nacional se enfrenta a una petición de 17 años de inhabilitación. Ya se encuentra en las instalaciones del Supremo,
Pasadas las 10: 15 horas Baltasar Garzón ya ha llegado al Tribunal Supremo para ser juzgado por las escuchas del caso Gürtel escoltado por el comisario y el inspector jefe de Policía de la Audiencia Nacional. A las puertas de la sede judicial un grupo de simpatizantes del juez le estaban esperando con pancartas en señal de apoyo. Es la primera vez que el juez se va sentar en el banquillo de los acusados.
A su llegada al alto tribunal, el aún titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 ha estado rodeado de medio centenar de personas que le han gritado mensajes de apoyo mientras se referían a uno de los acusadores particulares, el abogado y ex fiscal Ignacio Peláez, como "fascista", "nazi" y "traidor". También podía escucharse "fuera fascistas del Tribunal Supremo". Garzón ha entrado al tribunal tranquilo, sonriente y no ha querido hacer declaraciones, mientras escuchaba mensajes de apoyo como "hay que juzgar al franquismo criminal" ,"tenemos memoria, queremos justicia", o "fuera fascistas del Tribunal Supremo", la mayoría alusivos al segundo de los juicios que tienen pendiente el juez, por investigar el franquismo careciendo de competencia para ello. Además, los abogados han pedido que se escuchen las cintas de las grabaciones que se enjuician.
Minutos más tarde, Garzón ha entrado al Salón de Plenos del Alto Tribunal entre aplausos de sus amigos. El magistrado ha estado acompañado en todo momento por algunos de sus colegas de la Audiencia Nacional como el magistrado Santiago Pedraz, Fernando Andreu o la fiscal Dolores Delgado. El juicio ya ha comenzado.
Garzón no se ha sentado en el banquillo de los acusados sino que ha puesto la toga y se ha ubicado junto con su abogado Francisco Bocanegra en el estrado. Su letrado ha vuelto a reiterar la recusación de los magistrados del Tribunal Supremo, Manuel Marchena y Luciano Varela, miembros de la Sala.
El juez ha vuelto a formular al Tribunal Supremo la recusación de dos de los magistrados de la sala, Luciano Varela y Manuel Marchena, al tiempo que ha pedido que se le garantice la posibilidad de poder recurrir en segunda instancia a la Sala 61 del TS en caso de una hipotética condena. Con esta petición, el abogado de Garzón, Francisco Baena Bocanera, ha iniciado su intervención en la fase de cuestiones previas de la vista oral. Las tres acusaciones particulares se han opuesto a las medidas solicitadas por el acusado al creer que tienen un fin dilatorio. Los abogado de Garzón piden que se escuchen todas las cintas con las grabaciones de las conversaciones de los imputados en Gürtel y sus abogados en la prisión de Soto del Real.
Primer juicio
Hasta ahora, el juez más mediático y también polémico de nuestro país lo ha intentado todo con tal de evitar sentarse en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo: petición de archivo del caso, recusación de la Sala, solicitud de amparo ante el Tribunal Constitucional...
Sin embargo, este martes el magistrado –suspendido de sus funciones- lo hace por primera vez en calidad de imputado. El juez debe enfrentarse a un tribunal de siete jueces de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, presidido por Joaquín Giménez, que lo juzga por los delitos de prevaricación y contra las garantías constitucionales por ordenar interceptar las conversaciones que mantuvieron en prisión los principales imputados en la trama Gürtel y sus letrados en los locutorios de la cárcel de Soto del Real.
En un auto del octubre de 2010, el instructor de esta causa, el magistrado del Supremo Alberto Jorge Barreiro, manifestó que Garzón "vació de contenido el derecho de defensa de los imputados y lesionó así de forma sustancial uno de los principios básicos del sistema procesal penal" cuando ordenó las escuchas de Gürtel.
Según consta en el sumario, en un auto de 19 de febrero de 2009, Baltasar Garzón acordó la intervención de las conversaciones orales y escritas de los cabecillas de la trama Gürtel, Francisco Correa, Pablo Crespo y Antonie Sánchez con sus letrados en la mecionada prisión madrileña. El 20 de marzo del mismo año, Garzón prorrogó las escuchas de forma indiscriminada entre los imputados y sus abogados, sin que existiera indicio alguno de criminalidad por parte de estos últimos.
De esta forma, la Policía Judicial, la Fiscalía Anticorrupción y el propio juez accedieron a las estrategias de defensa de los imputados y a las confesiones que hicieron ante sus abogados. Un hecho que hizo que la instrucción de Garzón avanzara a un ritmo mucho más rápido del habitual.
Tres acusaciones, dos delitos
El juicio, que ha despertado expectación internacional, se extenderá hasta el jueves en sesiones que se celebrarán exclusivamente por las mañanas.
El juez y su defensa, a cargo del abogado y catedrático Francisco Baena Bocanegra, deberán hacer frente a tres acusaciones.
Por un lado, ejerce la acusación el abogado y exfiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Peláez, defensor del empresario José Luis Ulibarri, imputado en la trama de corrupción del "caso Gürtel". Peláez fue el artífice de la querella que dio lugar a este procedimiento. El letrado solicita 10 años de inhabilitación para Garzón.
El antiguo magistrado de la Audiencia Nacional también deberá enfrentarse a las acusaciones ejercidas por el presunto "cerebro" de la trama "Gürtel", Francisco Correa, y por su supuesto número dos, Pablo Crespo, quienes solicitan 17 años de inhabilitación.
El martes está previsto que se traten las cuestiones previas y el interrogatorio a Garzón. Entre el miércoles y el jueves declararán los seis testigos citados en el juicio: el propio Peláez así como los dos agentes que realizaron las intervenciones de las comunicaciones y otros tres policías de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal.
Hay más de ochenta medios acreditados para asistir a la vista en el Tribunal Supremo, entre ellos Al Jazeera o Wall Street Journal. De las tres causas en la que se encuentra imputado Baltasar Garzón el mundo judicial coincide en que la de las escuchas de Gürtel es donde la prueba del presunto delito es más clara.
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