Sondeos internos advierten al PP: Sevilla será la gran batalla

Javier Arenas es el favorito para convertirse en el próximo presidente de la Junta de Andalucía en las elecciones del 25 de marzo. Así lo corroboraron, esta misma semana, fuentes de la dirección nacional del Partido Popular, haciendo referencia a las encuestas para consumo interno elaboradas recientemente.

"Nos dan bien, con una mayoría absoluta suficiente", apuntan desde Génova, donde pusieron hincapié en que al menos una muestra se hizo tras las primeras medidas de ajuste del Gobierno.

Partiendo de esta base, el equipo del candidato sí que advierte que la madre de todas las batallas electorales se producirá en Sevilla, que se sigue resistiendo a los populares. Es, de hecho, la única que mantuvo el tinte rojo en los comicios nacionales. Los sondeos siguen otorgando en esta provincia un empate técnico, y de ahí que tanto PP como PSOE vayan a celebrar en la capital hispalense sus próximos cónclaves nacionales.

Cómo quedará el Parlamento andaluz

La extrapolación de los resultados del pasado 20-N deja un panorama muy parecido al que se verá tras las elecciones andaluzas, según las encuestas del PP. Así las cosas, el PP obtendría una cómoda mayoría absoluta con 58 escaños, por 43 escaños del PSOE, 6 de IU y dos de UPyD.

La mayoría absoluta está en los 55 escaños, ya que la cámara andaluza se compone de 109 diputados. En la actualidad el PSOE tiene 56 escaños, el PP 47 e IU 6. De confirmarse los resultados, supondría un verdadero descalabro para el PSOE, que perdería 13 escaños, 11 de ellos los ganaría el PP y 2 UPyD. IU se quedaría igual, con 6 representantes en el parlamento.

En este sentido, el PP echa mano de una encuesta oficial para destacar que un 70% de la población apuesta por un cambio político en la comunidad; de ellos, un 35% declarado votante socialista. "Te ordeno salir de la lista de espera", le dijo el presidente, Mariano Rajoy, a Arenas en el transcurso de la convención autonómica que se está celebrando en Málaga. El candidato asintió, si bien dejó claro que prevé una Hacienda pública en quiebra y un "agujero negro" aún mayor que el descubierto por la administración central.