Manuel Fraga Iribarne ocupó en la dictadura de Francisco Franco, entre otros cargos, el de ministro de Información y Turismo, el de vicepresidente del Gobierno y el de ministro de Gobernación. Durante su paso por el Gobierno de la Dictadura ya protagonizó importantes intentos aperturistas. Cuando el dictador murió, el político gallego se implicó en la construcción de la democracia, participó en la elaboración de la Constitución de 1978, y fundó el 23 de septiembre de 1976 el partido Alianza Popular.
Tras los discretos resultados de AP en las elecciones locales, autonómicas y europeas de 1987, Manuel Fraga planteó la refundación de la formación.
Así, durante el 20, el 21 y el 22 de enero de 1989 se celebró en Madrid el IX Congreso de AP en Madrid, también llamado "de la refundación", en el que bajo el lema "Avanzar en libertad" la formación pasó a llamarse Partido Popular.
Tocino, la favorita de Fraga
El 26 de agosto de 1989, los cuatro secretarios del PP –Rodrigo Rato, Francisco Álvarez Cascos, Juan José Lucas y Federico Trillo- se reunieron con Manuel Fraga en su casa de Perbes (La Coruña), con el objeto de decidir quién sería el candidato del partido a la presidencia del Gobierno. Aznar contaba con los apoyos de Juan José Lucas, su mano derecha en Castilla-León, y de Federico Trillo y, sobre todo, de Álvarez Cascos. Rato optaba por Herrero de Miñón.
Sin embargo, la favorita de Fraga era Isabel Tocino. El aún presidente del PP temía que fuera demasiado pronto para exponer a su valor más pujante, con el que tenía un activo importante en la comunidad castellano leonesa y, por otra parte consideraba que Isabel Tocino tenía un tirón popular mucho más potente. Además, él establecía en una diferencia de 500.000 votos más que si el candidato fuese Aznar. Fueron las presiones de Lucas y Trillo, además del inmejorable concepto que Fraga tenía de su delfín, las que acabaron inclinando la balanza a favor de Aznar.
Se celebra el X Congreso
Entre el 31 de marzo y el 1 de abril de 1990 se celebró en Sevilla el X Congreso del PP. En el cónclave, Manuel Fraga –entonces, presidente de la Junta de Galicia- dio el relevo de la formación al entonces presidente de Castilla y León, José María Aznar.
Entonces, Francisco Álvarez Cascos era el secretario general del partido, y Federico Trillo coordinaba las ponencias políticas y estatutarias. Otros grandes protagonistas del evento fueron el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy o el actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, así como Juan José Lucas, Arturo Moreno, Soledad Becerril, Isabel Tocino o Celia Villalobos –estas dos últimas, ministras con Aznar-. El equipo del nuevo líder del partido consiguió más del 96% de los votos del Congreso.
Bajo el lema "Centrados con la libertad", los populares manifestaron que el partido era una auténtica alternativa al entonces Gobierno regido por Felipe González. Aznar apostó por una política de desarrollo económico, y se manifestó a favor de contar con una sociedad solidaria, que no necesitaba "ser salvada ni tutelada".
"Ni tutelas ni tutías"
Como presidente fundador, Fraga tomó la palabra antes que José María Aznar. El gallego reveló como gesto de ética política que el futuro presidente del Gobierno le presentó una carta de dimisión sin fecha, de la que pudiera disponer Fraga en cualquier momento.
El contenido de la misiva era el siguiente:
"Querido D. Manuel. Quiero comunicarle por medio de estas líneas mi dimisión como Presidente del Partido Popular. Siempre he procurado ejercer mi responsabilidad anteponiendo a cualquier otra consideración el interés del Partido, por encima de todo, lo mejor para la sociedad española. Al tomar esta decisión estoy convencido de hacerlo una vez más. No tengo palabras para agradecer tantas muestras de afecto, apoyo y consideración como he recibido de usted y que tan sinceramente agradezco. Reciba el reconocimiento y afecto junto con un fuerte abrazo de su amigo José María Aznar".
Durante su ponencia, Fraga rompió delante de todos los compromisarios mientras proclamaba la honestidad de Aznar y dejaba bien claro que en el PP no había "ni tutelas ni tutías", mientras todos los asistentes aplaudían en pie. Posteriormente, se supo que el escrito fue recogido por Álvarez Cascos, que lo recompuso y lo guardó.