Oye, si sabrá la Maricaldos (la señora de Arriola) de `realitis´.
Nosotros les pagamos el sueldo; así pues, tenemos derecho a controlar lo que hacen mientras están ahí sentados. Hemos visto a algunos dormitando, a otras, repasando catálogos de lencería, los hay que leen la prensa o que escriben cosas que nada tienen que ver con su trabajo.
Tenemos derecho a saber lo que hacen y para quién lo hacen. De lo contrario, que el dinero que nos cuestan se destine a otros servicios a la comunidad.
Tiene sentido, ya que la obtención de esas instantáneas es, de hecho, una violación de la confidencialidad de las comunicaciones, y su publicación un delito de revelación de secretos.
Eso sí: coherentemente, deben desmantelar SITEL ya mismo y destruir todas las grabaciones que no estén ordenadas por una investigación judicial en curso, que se proseguirán por otros medios.
Que la Ley rija para todos por igual.
Un saludo.
¿Entonces, qué? Si un día un señor diputado está en el Congreso mirando porno en su Ipad o jugando al poker mientras se discute un proyecto de Ley, ¿los reporteros gráficos estarán silenciados?
Villalobos va a convertir el Congreso en la Noria...
También podría expulsar a los diputados que se pasan el día leyendo períodicos, haciendo sudokus o rascándose la entrepierna.