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Zapatero se vuelve 'antipatriota' tras salir de Moncloa: 2012 será "difícil"

El expresidente, que tachaba de "antipatriota" a quienes contradecían sus palabras negando la crisis, augura tiempos duros para el año que viene.

El expresidente del Gobierno ha concedido su primera entrevista tras dejar el cargo, y ha sido al Diario de León. En ella, destacan su valoración sobre la situación económica y sus opiniones sobre la situación del PSOE, capítulo donde hace gala de un buenismo muy reseñable, y evita entrar en la guerra abierta con la publicación de manifiestos contrarios.

Lo más sorprendente de la entrevista llega en el apartado económico, donde el expresidente parece haber dejado definitivamente atrás su conocido optimismo. En sus primeros días fuera de Moncloa, Zapatero se suma a las previsiones más agoreras sobre la crisis y augura, como de Guindos, meses difíciles, pese a que él antes denostaba a quienes hablaban con realismo de la crisis. A la pregunta de cuándo cree que empezará la recuperación, el expresidente apunta que "todas las previsiones" apuntan "a que 2012 será un año con dificultades todavía serias, pero que en 2013 podríamos empezar a tener síntomas de recuperación y, por tanto, de generar más confianza a la ciudadanía que es un factor fundamental para superar esta durísima crisis".

Sin embargo, no "todas las previsiones", como dice el expresidente, apuntan en esa dirección. Las elaboradas por su Gobierno hablan de una situación radicalmente contraria: en 2012, según el equipo que capitaneaba Salgado, España tendría que crecer un 2,3 por ciento, previsión que no ha variado aunque muchos organismos internacionales, como el FMI, hayan corregido a la baja las suyas.

Su opinión sobre el PSOE

En el plano político, Zapatero trata de zafarse de la polémica sobre su partido echando mano del ‘talante’ y presenta la situación de su partido de una forma tan idílica como irreal, diciendo que no detecta "deslealtad" en el manifiesto "chaconista", que firmaron quienes habían integrado también el gobierno. "Si hay algo que he tenido como presidente del Gobierno es un apoyo incondicional de mi partido y una lealtad ejemplar de mis compañeros. Y las he tenido en decisiones muy difíciles", asegura.

Por lo tanto, la guerra de manifiestos le parece un paso lógico en las actuales circunstancias: "Ahora tenemos un congreso y es normal que antes haya un debate y lo va a haber durante este mes. Pero siempre los congresos le salen bien al PSOE". El expresidente niega que haya impulsado el ‘Yo estuve allí’ e insiste en que "si tengo algo es un enorme agradecimiento a los compañeros de mi partido".

Además, anticipa que permanecerá "neutral" en el proceso de elección de nuevo líder: "Ni siquiera voy a apuntar lo que pudiera pensar que sería más conveniente. Quiero ser extraordinariamente escrupuloso con el debate de los compañeros y, por supuesto, con lo que vayan a elegir".

Ocho años para aprender a "querer" a España

Auque el entrevistador le hace notar que antiguos socialistas como Felipe González y Alfonso Guerra sí que se involucraron en anteriores dinámicas congresuales, Zapatero sigue en sus trece. "Mi convicción es que como secretario general y ex presidente del Gobierno debo mantener el máximo respeto, porque del futuro tiene que hablar quien va a escribir el futuro", insiste.

Zapatero utiliza la guerra socialista para marcarse objetivos como expresidente, y dice que su "primera responsabilidad será siempre defender a España, hablar bien de España". Además, hace balance y asegura que "Eso es lo que uno aprende ocho años después de estar al frente de los destinos de la nación, a querer más a tu país, a querer profundamente a España y, por tanto, ayudar humildemente en todo lo que se pueda a este país, gobierne quien gobierne". 

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