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Ana Botella, la primera alcaldesa de Madrid

Tras una peculiar carrera política, inseparable como en pocos casos de su vida personal, Botella será la primera mujer que rija la capital de España.

Si en el año 2002 alguien hubiera apostado porque Ana Botella llegaría a alcaldesa de Madrid habría cosechado un montón de sonoras carcajadas y una cotización astronómica en las casas de apuestas tan de moda hoy en día.

Pero de hecho la vocación política de Ana Botella era de todos conocida y muy anterior a su entrada en las listas de Gallardón al Ayuntamiento de Madrid en 2003. Es más, incluso hay quién ha llegado a afirmar que fue ella la que inoculó "el veneno de la política" a su esposo.

Botella, de 57 años, estudió derecho (de hecho conoció a José María Aznar en el viaje de fin de carrera) para posteriormente aprobar las oposiciones para el Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo del estado. Desde entonces trabajó para la Administración Pública en diversos destinos (Interior, Gobierno Civil de la Rioja, Obras Públicas, Delegación de Hacienda de Valladolid o Hacienda).

La primera "primera dama" a la americana

Aunque no ha sido la única esposa de un presidente que ha entrado en política (Carmen Romero fue diputada por Cádiz) si fue la que "importó" a España el estilo de las primeras damas estadounidenses, y tuvo durante los ocho años en los que su familia ocupó la Moncloa un papel mucho más activo del habitual hasta entonces y una presencia en los medios muy notable, siempre al lado de su marido como es obvio.

También tenía, según se ha dicho, una notable influencia puertas a dentro, y no sólo por la que habitualmente cualquier mujer puede ejercer sobre su pareja sino porque al parecer participaba en gran cantidad de reuniones de alto nivel y en los procesos de toma de decisiones.

Este gusto por la política se sustanció en el año 2003 en una de las más extrañas maniobras políticas de la época de Aznar: Gallardón que había anunciado su intención de no repetir como presidente de la Comunidad de Madrid y al que se situaba prácticamente fuera de la política era elegido como cabeza de lista para el ayuntamiento de la capital y colocaba a Ana Botella como número tres de la lista, justo por debajo de su inseparable "esclavo moral" José Manuel Cobo (la expresión es del propio Cobo).

Ocho años como concejala

Desde su sorprendente llegada al ayuntamiento Botella ha acumulado una notable experiencia, puede que en su primera legislatura fuese una "recién llegada" a la cosa municipal, pero ya ha pasado cuatro años como concejal de Empleo y Servicios a la Ciudadanía y otros cuatro y medio al frente de Medio Ambiente y Movilidad.

Durante este tiempo no ha sufrido grandes desgastes ni ha sido el centro de polémicas muy destacadas, si bien es cierto que tampoco ha alcanzado una popularidad muy notable.

Dentro de su labor como concejala probablemente lo más polémico han sido sus diferentes rifirrafes con el mundo de la prostitución: Botella se ha propuesto, con un éxito más bien limitado, "limpiar" de prostitutas determinadas zonas de la ciudad... a las que habitualmente las prostitutas han acabado volviendo poco tiempo después.

A parte de su labor en el ayuntamiento, fueron también muy polémicas unas declaraciones realizadas en 2005 alrededor del matrimonio entre homosexuales cuando aseguraba que "si se suman dos manzanas, pues da dos manzanas. Y se suman una manzana y una pera nunca puede dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos".

Después, en una entrevista en un periódico italiano llegó a acusar de "traición" a Zapatero por lo que según ella era "un ataque a los valores tradicionales, a la familia como institución".

A partir de ahora Botella se enfrenta como alcaldesa a dos grandes problemas: lograr dibujar por fin un perfil político propio y atractivo de cara a las elecciones de 2015 y, más difícil todavía, lidiar con un Ayuntamiento que Gallardón ha dejado completamente arruinado.

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