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La contraofensiva del Príncipe en el caso Urdangarín

Don Felipe es el responsable de la respuesta de la Casa Real para desligarse del duque de Palma, con el que ya no existía sintonía desde hace tiempo.

Don Felipe coge el timón del escándalo. La prensa publica que el Príncipe, principal damnificado y víctima colateral del caso que acorrala estos días a la Casa Real, es también el cerebro de la operación de respuesta contra los presuntos delitos del duque de Palma.

Según el diario El Mundo, el Príncipe, completamente sorprendido por el escándalo, no dejó de preguntar: "¿Pero esto es verdad?". Estaba anonadado al conocer que el marido de su hermana había cobrado 300.000 euros por "mejorar" la imagen de la SGAE. Tal y como recuerda el diario, la cifra final fue muy superior, de 750.000 euros.

Según el escándalo fue creciendo en magnitud y aparecían nuevas facturas del instituto Nóos presidido por el duque de Palma, Felipe de Borbón decidió tomar las riendas de la situación. Fue el pasado 8 de noviembre, día de la Almudena, cuando el propio diario El Mundo publicó la tesis del juez sobre el apoderamiento de fondos públicos mediante facturas falsas, cuando Don Felipe decidió capitanear la operación de desmarque de la Casa Real.

El Rey es consciente de ello y deja hacer a don Felipe, pese a que él sigue teniendo la última palabra. Pero ambos convienen en que la trayectoria ética y legal de ambos no puede quedar manchada por un personaje que, en palabras de un significativo personaje de la Casa Real, "jamás tuvo clara la misión histórica y menos aún el sentido institucional de la Corona, en definitiva, de qué va esto". "Nunca se integró, siempre iba a lo suyo, además de ser un pelín estirado", aseguran esas fuentes.

Uno de los puntos de la hoja de ruta del Príncipe pasó por Ferraz y Génova. El heredero se ha entrevistado con un numeroso elenco de políticos de ambos partidos, desde Rubalcaba hasta Rajoy, pasando por Cospedal, e incluso diversas personalidades del mundo del periodismo. El objetivo es obtener el respaldo de las formaciones y mantener el sentido de Estado. Todos ellos han accedido a deslindar a Urdangarín del todo, de la Familia Real. También ha contado, en este sentido, la opinión de Doña Letizia, que también conoce los resortes a los que se puede echar mano en semejante crisis.

Dice el diario que el Príncipe hacía tiempo que no tenía demasiada sintonía con su cuñado, pese a que antaño se llevaban de maravilla. La Princesa no se lleva precisamente bien con Doña Elena, y directamente, no se lleva con Doña Cristina. La nula química que existía ahora ya no existe.

También está el caso del medallista José Luís ‘Pepote’ Ballester, que llamó al Príncipe, que fue su compañero de equipo en Barcelona 92, para que le ayudase a resolver los problemas con la Justicia en el caso Urdangarín y el caso Palma Arena. El deportista fimó los 2,3 millones concedidos a Nóos en Baleares como director de deportes del Gobierno de Matas. Don Felipe se negó en redondo a violar la separación de poderes y dio portazo a su amigo.

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