Un centenar de 'indignados' han echado abajo las dos puertas del edificio ubicado en el número 33 de la calle Concepción Jerónima, muy cerca de otra vivienda que se encuentra 'okupada', y han entrado en su interior, donde han comprobado que incluso la instalación tenía energía eléctrica. Sin embargo, a los 30 minutos han decidido abandonar las instalaciones porque no les convencían al estar en obras y encontrarse en mal estado.
En un primer momento, se han quedado a las puertas del edificio para valorar los siguientes pasos a dar mientras uno de los 'okupas' era atendido por miembros del Samur. Una vez dentro del inmueble, uno de ellos se ha asomado al balcón del segundo piso y el resto han respondido gritando una de sus principales consignas: 'Casa okupada, familia desahucia'.
Pese a parecer en un primer momento que se iban a quedar establecidos en el inmueble y después de proclamarlo, a los 30 minutos han decidido abandonarlo debido a que no les convencía su estado, ya que se encontraba en obras.
No obstante, han dado la vuelta al cartel de 'Se vende' que había en el edificio, detrás de él han escrito 15-0 y han colgado de su fachada otras dos pancartas: una en el segundo y otra en el tercer piso.
Posteriormente se han desplazado unos metros más arriba y junto a la plaza de Tirso de Molina han intentado 'okupar' otro edificio. Al ver que sí había algunos pisos en el que vivían personas han pedido que abrieran la puerta para hacer una 'okupación simbólica' y dejar colgada una pancarta en algunas de las dependencias vacías.
Este ha sido el segundo intento de la noche después de que algunos 'indignados' hayan intentado echar abajo a patadas las puertas de dos edificios de la calle Atocha a la altura de Antón Martín, uno de los cuales ya estuvo 'okupado' durante meses con su posterior desalojo.
De este modo ha concluido una marcha que se ha prolongado por espacio de tres horas y que ha transcurrido por Preciados, Gran Vía, Cibeles, Paseo del Prado y calle Atocha y que a su llegada a Sol ha sido frenada por agentes de policía.
Los 'indignados' han ido improvisando el rumbo de su marcha como ya sucediera el pasado mes de agosto tras las marchas laicas. No obstante, ha habido una diferencia: en aquel momento, jugaron al 'ratón y al gato' con la Policía, que intentaba cerrarles el paso y acorrarlarles en alguna calle de la capital. Esta vez, en cambio, han ido detrás de ellos y agentes de la Policía Municipal han regulado el tráfico por los lugares por los que iban pasando.
Así ha concluido una noche que ha comenzado con una concentración en Sol en la que se han vivido minutos de tensión cuando algunos 'indignados' se han encarado con los agentes de Policía que formaban un cordón humano para impedir el paso de los manifestantes a la calle Carretas, donde se encuentra el Hotel Madrid desalojado unas horas antes.