La Audiencia Nacional juzga hoy al presunto miembro del "grupo Amaiur" de ETA Juan Carlos Rekarte Gutiérrez por el atentado contra una compañía de seguros en Pamplona en el que murió una repartidora de prensa en 1987, hechos por los que la Fiscalía pedirá 43 años de prisión.
En su escrito de conclusiones provisionales, la fiscal Ana Noé sostiene que en octubre de 1987 Rekarte, al que acusa de un delito de pertenencia a organización terrorista, uno de asesinato y otro de estragos, formaba parte del citado comando junto a Bautista Barandalla, condenado por estos hechos en 1991 a 40 años de cárcel.
Según la representante del Ministerio Público, los dos decidieron colocar un artefacto explosivo en el edificio de la aseguradora "La Unión y El Fénix", situado en el número 5 de la calle Cortés de Navarra en Pamplona tras "haber recibido la consigna de la cúpula de la organización" de atentar contra intereses franceses en España.
Así, prepararon el artefacto en la bajera que tenían en la calle Jarauta y Barandalla lo trasladó al lugar de los hechos en una furgoneta y junto a Rekarte, que había llegado en otro vehículo, lo colocaron tras los barrotes de una ventana de los bajos del inmueble junto a un temporizador y una lata de gasolina "para que la explosión fuese más eficaz".
Tras aguardar en las cercanías, al no explotar la bomba se marcharon del lugar habiendo avisado sobre las 03.24 horas del 17 de octubre a la asociación "Ayuda en Carretera" de Navarra, aunque el artefacto no pudo ser hallado por la policía.
Finalmente, la explosión se produjo a las 07.10 horas y causó la muerte "instantánea" de María Cruz Yoldi Orrandre, de 63 años de edad y madre de 7 hijos, que se encontraba repartiendo los periódicos con un carrito.
Rekarte huyó en 1990 a raíz del enfrentamiento armado en Pamplona entre los miembros del "grupo Amaiur" y efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y no fue detenido hasta el 29 de noviembre del año pasado en México, donde se encontraba en situación migratoria irregular, y cuyas autoridades lo entregaron un día después para ser puesto a disposición de la Audiencia Nacional.
Curiosamente, la marca que da cobijo a ETA y que ha conseguido siete escaños en el Congreso ha tomado el nombre de lo que fueron en su momento varios grupos de ETA, con varios asesinatos a sus espaldas. Ahora, gracias al Gobierno y la Justicia tendrán voz y voto en las Cortes Generales y recibirán fondos públicos por su representación.