Simple y llanamente “por falta de confianza”. Esperanza Aguirre cesó de forma fulminante a Francisco Granados como secretario general del PP de Madrid. Se queda con los cargos de diputado autonómico y senador. Media hora antes del Comité Ejecutivo, que se celebró este miércoles en Génova13, la presidenta le comunicó su decisión, acogiéndose a los estatutos de la formación. Acto y seguido, cambió el orden del día del órgano interno para formalizarlo.
El portazo a Granados era esperado, según las fuentes consultadas. Tal vez llegue antes de lo previsto -se esperaban cambios en el congreso que se celebrará el año próximo-, pero la decisión de Aguirre de no incluirle en su Ejecutivo tras las elecciones autonómicas fue un punto de inflexión. También que el hasta hoy su mano derecha en el partido rechazara ser portavoz del Grupo Popular en la Asamblea, extremo que no gustó a la jefa del Gobierno madrileño.
“Ha ocurrido lo natural”, destacó un miembro del gabinete, si bien reconoció una tarde “convulsa” por “los nervios vividos”. Y es que, cuando los cargos entraron a la reunión del Comité, pocos podían prever que lo que iba a ocurrir.
Depuesto Granados, Aguirre eligió a personas de confianza para suplir la baja. Ignacio González, actual vicepresidente del Gobierno y que quedó sumamente fortalecido tras el 22-M, será el nuevo secretario general. Además, se crea una nueva estructura en el PP de Madrid, pues pasa a tener dos vicesecretarías generales; la de Organización, que ostenta Gádor Ongil; y la nueva vicesecretaría de Acción Política, que pasa a manos de Javier Fernández Lasquetty, hasta ahora secretario ejecutivo de Estudios y Programas del PP de Madrid. Por su parte, el alcalde de Alcalá, Bartolomé González, pasa a ser presidente del Comité electoral.