Alfonso Ussía dice en La Razón que suele celebrar los días de elecciones "de igual manera cuando se advierte la victoria de mi opción que su derrota contundente", pero en una ocasión "preferí quedarme en casa".
"En marzo de 2004 no se celebraron unas elecciones generales libres y soberanas, sino la confirmación de un golpe de Estado que fue consecuencia de una extrañísima y todavía no aclarada masacre terrorista. No se respetó el silencio reflexivo del día previo y Rubalcaba nos advirtió a los españoles que no éramos merecedores de un Gobierno que mentía".
En opinión de Ussía, "de aquel día surgió el desastre que hoy arrastramos", por lo que espera que "los españoles sepamos liberarnos de esa carga cuando se culmine el recuento de votos".