Mariano Rajoy es previsible hasta en cómo pasar la jornada de reflexión; un día en el que frente a los nervios que debe estar sufriendo, él aporta dosis de familiaridad y cotidianidad. Quería un sábado al uso, y lo está teniendo.
Tras recorrer en esta campaña electoral 15.579 kilómetros –todas las comunidades autónomas y hasta 25 provincias-, el candidato del PP apuró en la cama. En los últimos quince días hizo todo lo que pudo por regresar al domicilio familiar, pero eso le quitó horas de sueño. Hoy pudo hacerse el perezoso, pero allí estaba Elvira Fernández -Viri- para mandarle al paseo.
Con zapatillas de toda la vida y ropa ancha, Rajoy salió a caminar como todos los días. A buen ritmo, seguido de una escolta discreta. Es uno de sus momentos favoritos del día, que utiliza para pensar. Al ser preguntado sobre su delgadez -ha perdido más de diez kilos-, resumió con una frase: "Es de deporte".
Tras la caminata, familia y más familia. Evidentemente, su equipo le ha informado de todo lo que ocurre en el mundo, que no es poco. También ha podido ojear la prensa nacional, incluida la deportiva. Pero su prioridad han sido los suyos.
Desde el debate con Alfredo Pérez Rubalcaba, el primer lunes de campaña, no se sentaba con sus hijos a comer. Este sábado lo hizo, con una buena noticia que comentar en la sobremesa. El mayor de sus vástagos, Mariano júnior, le entregó en la víspera las notas del colegio, y son buenas.
Por la tarde, lectura no muy sesuda -los informes económicos estaban siendo su tónica estos días- y ese partidazo que enfrenta al Real Madrid con el Valencia. Lo verá con sus hijos y con Elvira; no habrá nadie más en el salón de los Rajoy.
Está "tranquilo y contento", asegura el entorno del candidato que más papeletas tiene para ser presidente. "Feliz por una buena campaña", recalcan. El domingo, irá con su mujer a depositar la papeleta en la urna, volverá a tener un domingo en familia para ya a media tarde desplazarse a la sede del PP. Su salida al balcón de Génova, junto a Viri, se espera para entorno a la media noche.
Rubalcaba: día de música, lectura y fútbol
Alfredo Pérez Rubalcaba dijo anoche en Fuenlabrada que quedaba mucho por hacer en las 48 horas que restaban hasta las elecciones. En su cierre de campaña, y tras 41 mítines y 25.000 kilómetros, exhortaba a los suyos a no tirar la toalla, aunque él prácticamente lo haya hecho después de pedir el voto para frenar "el poder absoluto" de la derecha.
Para esta "jornada de reflexión", Rubalcaba se ha preparado una agenda tranquila en la que tenía previsto un paseo con su mujer, Pilar Goya, a las 11 de la mañana por Las Rozas y después una comida en Ferraz con su equipo de campaña.
Según fuentes socialistas, la tarde la pasará tranquilo en casa, con lectura, música y una cita ineludible con el fútbol y el que dice que es su equipo, el Real Madrid. Curiosamente, esta afición, al fútbol y al Real Madrid la comparte con Mariano Rajoy que tampoco se perderá el encuentro.