La titular del Juzgado de Instrucción Número 43 de Plaza de Castilla (Madrid), Coro Cillán, ha citado a declarar el próximo lunes en calidad de testigo al que fuera comisario general de la Policía Científica el 11 de marzo de 2004, Carlos Corrales, en el marco de la causa donde está imputado el que fuera jefe de los Tedax entonces, Juan Jesús Sánchez Manzano.
Es la primera vez que la magistrada lo llama a declarar desde que arrancó esta investigación en julio de 2009 y lo hace a petición de la defensa de uno de los condenados en los atentados del 11-M, Saed el Harrak, recientemente personado en la causa.
Carlos Corrales ocupaba el puesto de Comisario General de Policía Científica el 11-M y, como tal, tenía bajo su responsabilidad los laboratorios de la Unidad Central ubicados en Canillas. Una de las principales violaciones de protocolo que se produjeron durante el 11-M consistió, precisamente, en que las muestras recogidas en los trenes no se enviaron a analizar a esos laboratorios, sino que se quedaron en el laboratorio de la Unidad Central de Tedax, que cuenta con muchos menos medios.
La declaración de Carlos Corrales durante el juicio del 11-M no dejó claro por qué no se habían reclamado desde Policía Científica, durante el propio día 11, esas muestras que no se llegaron a enviar nunca.
Por otro lado, durante la tarde del 11-M, Corrales estuvo presente en IFEMA, donde miembros de la Policía Científica se hicieron cargo de los efectos de las víctimas, sin que tampoco se sepa dónde fueron a parar todos aquellos objetos y vestigios. El análisis de algunos de esos efectos personales podrían haber ayudado a determinar la naturaleza del explosivo usado en la masacre, pero al parecer tampoco llegaron a los laboratorios centrales de la Policía Científica. O al menos no existe constancia de que se realizaran análisis de los mismos.
Su testimonio es de crucial importancia ya que las querellantes – Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Unión de Oficiales de la Guardia Civil, Asociación de Víctimas del Terrorismo y Sindicato Unificado de Policía- creen que tanto Manzano como la perito jefe del laboratorio de los artificieros (también imputada en este procedimiento) "ocultaron a la Policía Científica los centenares de vestigios que los Tedax habían recogido en los focos de explosión, impidiendo un análisis científico de los mismos que habría favorecido el esclarecimiento de los hechos".
Asimismo, la magistrada Cillán ha vuelto a citar para testificar el próximo lunes al que fuera inspector jefe del grupo Tedax de Madrid, Cáceres Vadillo, quien en anteriores interrogatorios en su juzgado ya desveló que la actuación de Juan Jesús Sánchez Manzano en la masacre de Madrid fue irregular.
En concreto, según publicó Libertad Digital, el agente manifestó ante la instructora de Plaza de Castilla que en todos los años que él llevaba en el Cuerpo Juan Jesús Sánchez Manzano había sido "el único jefe de la Unidad Central al que he visto asumir el mando operativo en un atentado", ya que esa era una tarea que hacían siempre los jefes de las unidades provinciales.
Por otro lado, el inspector provincial relató a la juez el pasado mes de abril que los artificieros de la Unidad Central de Manzano mezclaron las muestras de diferentes focos a la hora de trasladarlas y que "al mezclar los restos luego no se podía saber a qué foco pertenecía cada resto".
Además, el jefe de lo Tedax de Madrid explicó a la magistrada Coro Cillán que "nunca" se destruye "nada" del material recogido hasta que no se ha hecho el análisis de los vestigios, ya que "éste permite determinar el tipo del explosivo utilizado". Un protocolo de actuación que se violó en el 11-M y que impidió, posteriormente, a la Audiencia Nacional determinar cuál fue el arma homicida de la masacre.
En el procedimiento, se encuentran imputados el exjefe Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano y su perito química por los delitos de omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento y de falso testimonio.