“Este es un debate para nosotros necesario e incluso diría imprescindible”, ha resumido la directora de campaña del candidato, Elena Valenciano, en rueda de prensa. “Esperamos que todos los ciudadanos españoles puedan comprobar que Rubalcaba tiene un proyecto para España, para salir de la crisis sin desequilibrar este país y que es un candidato mucho mejor preparado que Rajoy para liderar España”.
Un debate en el que los socialistas “esperamos que finalmente Rajoy tenga algo que decir, una vez que le están contemplando millones de ciudadanos, ya que durante toda la campaña no hemos escuchado prácticamente a Rajoy que ha seguido, como ha hecho durante todos estos meses, escondiéndose”.
Pero de lo que dirá Rubalcaba, poco adelantan: “Ha preparado un debate muy Rubalcaba, explicativo, lleno de propuestas y con un proyecto y una idea de lo que tiene que ser España en los próximos años” explicaba Valenciano que ha asegurado que los socialistas están “muy animados para esta noche” en la que creen que conseguirán movilizar a su objetivo electoral: los indecisos y todo aquel que no tiene decidido su voto.
Cómo está viviendo Rubalcaba las últimas horas de cara a ese debate es lo que más interesaba a la prensa. Al parecer, según su equipo, el candidato está trabajando sólo en su despacho de la cuarta planta de Ferraz donde ha llegado a las 8:30 de la mañana. Cambio de planes porque, en principio, los últimos flecos los perfilaría esta mañana desde su piso en Majadahonda. Según ha desvelado Valenciano, “de vez en cuando pide apoyo, ayuda o alguna consulta a alguno de los colaboradores que estamos aquí”.
No ha querido hacer uso de sparring, esos entrenamientos o simulacros a los que se someten los candidatos para provocarle y forzarlo. “Alfredo ha preguntado donde estaban ubicadas las cámaras para saber donde tenía que mirar en cada momento pero no ha necesitado, ni ha requerido, ni querido ningún otro tipo de entrenamiento”, explicaba Valenciano. Con ella precisamente ha comido, muy ligero: un filete de pollo a la plancha y ensalada.
Por lo demás, continúa el dilema de la corbata. Si ayer estaba entre “el rojo y el azul” hoy su equipo más cercano aumenta la incertidumbre “¿Y por qué no verde?”. Lo que es seguro es que mantendrá su sobrio estilo con un traje azul marino. Y otra incógnita: no descartan en Ferraz que utilice gráficos y coloridos carteles como los que utilizó Rajoy en su debate con Zapatero.