No es nuevo que a Mariano Rajoy le apasiona el deporte, y de ahí que sus asesores hayan utilizado un ejemplo futbolístico para explicar cómo ven el debate en la casa popular: "Es como un derbi del Real Madrid y el Barcelona. Tras el partido, los aficionados siguen siendo de su equipo, son fieles".
El equipo de confianza del candidato el PP incluye un pero en esta afirmación: "Que ocurra un cataclismo, algo lo suficientemente gordo para que el aficionado diga ‘hasta aquí hemos llegado’". Un error de bulto que Rajoy no piensa cometer, y de ahí que desde el sábado por la tarde esté literalmente encerrado en su despacho (de Génova o su residencia privada) para preparar el cara a cara.
Lo que principalmente hace el líder popular es estudiar datos económicos, gracias a las tarjetas diseñadas por el Grupo Popular. Los trazos generales están claros: "Rubalcaba podrá ladrar todo lo que quiera, pero una cosa está clara: nada ha hecho para paliar la sangría de parados. Si tiene la receta, ¿por qué no la ha aplicado?". Y, frente a ello, Rajoy se definirá como "previsible" y echará mano de su Programa, "donde está todo".
Según el PP, el debate de esta noche no debería de mover a más del 1,5% del electorado. Este fue el dato que arrojaron los enfrentamientos entre Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero en 2008. Y de ahí que el jefe del PP hable de preocupación relativa y no se esté privando de sus paseos matinales o de ver alguna competición deportiva.
En las horas previas, y tras su paseo habitual, Rajoy recibió los consejos de Pedro Arriola, su sociólogo de cabecera, en su casa. Al debate llevará traje gris y corbata azul o roja y le acompañarán Ana Mato, Esteban González Pons, Carmen Martínez Castro, el citado Arriola y Tomás Iribarren, amigo íntimo que ya le acompañó en 2008.