Castilla-La Mancha se convertirá en un auténtico caladero de votos del Partido Popular. En el primer día de campaña, Mariano Rajoy protagonizará en Toledo un macro-mitin con miles de simpatizantes de la mano de María Dolores de Cospedal. Y lo hace con unas encuestas internas debajo del brazo que demuestran que esta región ya no tiene nada de socialista.
Concretamente, los últimos trackings, sondeos de poca muestra, elaborados por el PP auguran una comunidad bañada por el azul. Rajoy ya ganó el votos a José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, cuando le sacó tres escaños (12-9). De hecho, explican desde el PP castellano-manchego, en las elecciones generales “siempre hemos sacado muy buenos resultados”.
El pico, no obstante, se dispara con Alfredo Pérez Rubalcaba como rival. A quince días de la cita con las urnas, el PP podría obtener hasta 14 representantes, dejando al PSOE con tan sólo 7 escaños en el Congreso de los Diputados. Esta región aporta a la Cámara Baja 21 diputados.
Estos resultados son, además, un espaldarazo a las políticas emprendidas por Cospedal. Cumplidos sus cien días de gobierno, ya está ejecutando un ambicioso plan de reformas para rescatar a una región prácticamente hundida por culpa de la herencia socialista. Recientemente, el propio Rajoy le puso como ejemplo de la forma de actuar de su hipotético Ejecutivo.