El Partido Popular finalmente organizó la tradicional pegada de carteles en el municipio de Castelldefels, conquistado en las elecciones de mayo. No fue la única opción. También se sugirió el salón del Tinell de Barcelona, extremo que quedó descartado.
Es la primera vez en la historia de la formación que el arranque de unas elecciones generales se celebra en suelo catalán, y de ahí que se haya cuidado hasta el último detalle. De hecho, hasta casi la víspera, no se concretó en qué ciudad se iba a celebrar el evento, siendo muy intensas las negociaciones entre la directora de campaña, Ana Mato, y la formación que dirige Alicia Sánchez Camacho.
Encima de la mesa también estuvo celebrar el acto en el denominado salón del Tinell. El espacio, que se alquila para toda clase de eventos, ha sido escenario para todo tipos de actos políticos, incluida la denominada firma del Pacto del Tinell, en diciembre de 2003, que implicó el compromiso de todas las fuerzas que se definían catalanistas de no pactar en ninguna institución con el PP a fin de eliminar su presencia en Cataluña.
Aquél acuerdo fue el precedente del cordón sanitario que se estableció contra el PP en el resto de España tras las elecciones del 14-M de 2004, cuando José Luis Rodríguez Zapatero ganó por primera vez las generales.
Aunque el PPC ya ha utilizado esta ubicación -con capacidad para unas 500 personas- en otras ocasiones para denunciar, precisamente, el contenido del citado acuerdo, finalmente Génova decidió evitar tan simbólica fotografía.
Influyeron, además, otros factores, ya que los populares aspiraban a tener un volumen de simpatizantes bastante mayor que el medio millar. Pero, según las fuentes consultadas, lo que más pesó es que no querían que esta elección se viera como un gesto “revanchista”. Cabe destacar que, según los sondeos internos del partido, el PP aspira a ser segunda fuerza en Cataluña en las elecciones del 20-N, por encima de CiU.