La juez de la Audiencia Nacional Ángela Murillo ha criticado este miércoles durante un juicio la indiferencia del exjefe de ETA, Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote', ante el testimonio de la viuda del concejal de UPN en Leiza (Navarra), José Javier Múgica, que fue asesinado el 14 de julio de 2001 después de que le colocaran una bomba lapa en su furgoneta. "¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones!", ha dicho.
El comentario, que iba dirigido a uno de sus compañeros de tribunal, ha sido recogido por los micrófonos de la sala de vistas se producía segundos después de que finalizase la declaración como testigo de la viuda de Múgica, Adoración Zubeldia, que ha relatado entre lágrimas cómo se produjo el atentado.
Sin embargo, ésta no ha sido la primera vez que la magistrada acapara el protagonismo de un juicio con sus comentarios. Muy popular fue la pregunta que Murillo hizo al exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi sobre si condenaba o no la violencia de ETA en la vista donde se le juzgaba por homenajear al etarra Gatza. El batasuno se negó a contestar a lo que Murillo reaccionó diciendo "ya sabía yo que no iba a responder". Estas palabras le costaron a Murillo una recusación y a la Audiencia que el Tribunal Supremo le obligara repetir el juicio por falta de imparcialidad del tribunal.
También muy comentadas aunque menos polémicas fueron sus respuesta a Otegi "por mí como si quiere beber vino" al preguntarle éste si podía beber agua o "la Sala no ha entendido ni papa" al visionarse unos vídeos en euskera en el plenario.
En otra ocasión, en el juicio por Bateragune, Ángela Murillo preguntó a una de las acusadas, la abogada Miren Zabaleta, hija del líder de Aralar Patxi Zabaleta, que ofreciera a la sala su definición de violencia política. "¿Un tiro en la nuca o un atentado a seres inocentes, eso es violencia política?", señaló la togado.
Asimismo, la juez, ni corta ni perezosa, tampoco dudó en reprender a la etarra Idoia Mendizábal Múgica, alias Ilargi, durante un juicio por poner los pies encima del banco de la sala acristalada desde la que estaba siguiendo el procedimiento. "¡Guarde la compostura, que no está usted en un bar, señora!", le ha dicho. Ante las protestas de la acusada, ha añadido: "¡Que se siente normal!".