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Rajoy evita citar a las víctimas y se centra "en lo verdaderamente decisivo"

Ni una sola mención sobre el 29-O. Rajoy volvió a abrir su libro por el capítulo económico. El PP asegura que su postura sobre ETA está clarísima.

El Partido Popular “siempre, siempre” estará con las víctimas. Esta frase, pronunciada por Ana Mato el martes, fue la última declaración oficial de Génova sobre la masiva concentración de este sábado. Dos días después, el propio Mariano Rajoy se reunía con la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, para ratificar su postura de firmeza contra ETA, pero lo hacía sin darle cobertura pública.

 

En dicho encuentro, el candidato popular se comprometía a no venderse en la lucha contra el terrorismo. A “nunca” negociar con ETA y a intentar expulsar a las marcas políticas de la banda, Bildu y Amaiur, de las instituciones. Llegó a admitir que la más que previsible entrada de Amaiur en el Congreso de los Diputados no se debería de producir.

 

Pero, pese a ello, se reafirmó en no apoyar formalmente la protesta de las víctimas. En el fondo de la cuestión está que Rajoy no quiere que le marquen la agenda, quiere dirigirla él. Y sus estrategas, aquellos que todos los días reciben una nueva hornada de encuestas, le dicen que hable de la situación económica; sólo y exclusivamente de la crisis. Y él no se salta el guión.

 

De aquí a las elecciones generales sólo pretende incluir su idea en clave antiterrorista cuando visite País Vasco y Navarra. E, incluso entonces, dará más importancia al otro mensaje, al que “verdaderamente importa” a los ciudadanos, al de cómo salir del túnel. De hecho, si como creen en el PP, se da un nuevo comunicado de la banda antes del 20-N, Rajoy se pronunciará “dependiendo de la importancia”. Previsiblemente dejará la respuesta a sus portavoces autorizados, y en especial a Antonio Basagoiti.

 

Partiendo de esta base, el líder de los populares visitaba La Coruña para protagonizar uno de los mítines más multitudinarios de la precampaña. Rodeado de más de tres mil militantes y simpatizantes, Rajoy se encaminó rumbo al atril como ya es una costumbre; a cual estrella de cine que se tiene que parar cada pocos pasos para recibir el calor de un público enfervorizado. Y, si ya está en casa, la escena se vuelve aún más intensa.

 

También como siempre, el líder del PP llevaba junto a él unos pocos papales con su discurso y, como ya advirtió su equipo a este diario, ninguna mención hizo de la concentración de víctimas. Y eso que se producía casi al mismo tiempo, y pese a que sus palabras posteriores al comunicado provocaron cierto escozor en muchos sectores de su propia formación.

 

Para el PP “no tocaba” porque “todo está ya claro” en ese sentido. El propio Rajoy inició su intervención asegurando que “todo” lo que no es crisis “cuenta, es importante” pero que “lo verdaderamente trascendente y decisivo” es “generar un revulsivo” para que “España salga adelante como merecemos”.

 

“No va a ser fácil, va a ser difícil, pero se puede hacer, lo vamos a hacer”, afirmó, en toda una declaración de intenciones. De hecho, llegó a decir que “no estamos condenados a que cinco millones de españoles quieran trabajar y no pueda”, y de ahí que su gran objetivo sea “crear empleo”.

 

Por prometer, Rajoy afirmó incluso que intentará devolver “la felicidad” a los españoles, como le requirió una señora del público. “A partir de ahora, también es mi objetivo”, se reafirmó. “Seguridad, certidumbre, reglas de juego”, recetó, a la espera de que este domingo se desvele su Programa Electoral, que será presentado formalmente el lunes. En dicho documento, sí tendrán cabida las víctimas del terrorismo y, solemnizan en el PP, la política antiterrorista seguirá siendo la misma que hace cuatro años.

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