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Los testimonios de las víctimas en la concentración de Madrid

La concentración de VcT por las víctimas, por su memoria y contra la rendición a ETA está siendo un éxito, por su masiva afluencia y por su carácter emotivo.

La concentración convocada por Voces contra el Terrorismo ha resultado en una multitudinaria reunión de víctimas de ETA y españoles deseosos de revivir su recuerdo y renegar de la política de rendición del Gobierno. Diez días después del comunicado de ETA, todos ellos se han concentrado en el que fue escenario de uno de los atentados más sangrientos perpetrados en Madrid, la Plaza de la República Dominicana.

Allí, la periodista de esRadio y Libertad Digital Ketty Garat introdujo un minuto de silencio y el recuerdo de las primeras víctimas de la banda terrorista. Nombres como los de Ángel Alcaraz Martos, Jesús Ulallar y otros muchos fueron mentados en un ambiente de respeto que contó con la presencia de diversas autoridades políticas como Francisco Álvarez Cascos, y otras figuras del Partido Popular y de los populares madrileños, pero no con la presencia oficial del todavía partido de la oposición.

Ahora, dijo Toñi Santiago, "brindan con champán por lo que han venido a llamar el cese definitivo lucha armada" y "nos acusan de ser un escollo en el camino hacia la paz". Santiago es la madre de Silvia, la niña de 6 años asesinada por ETA en la casa cuartel de Santa Pola. "Las víctimas –dijo- son ahora algo anacrónico y nostálgico. Pero somos inasequibles al desaliento, y decimos: en nuestro nombre no".

Toñi Santiago aseguró que "los que ahora quieren disfrazar de conflicto los que dicen que no quieren matar más no se puede premiar a costa del sufrimiento de nuestras familias. Por eso estamos aquí. Porque el recuerdo mantiene la llama de la rebelión cívica".

Las víctimas clamaron con ella, todos a una y en numerosas ocasiones, que "frente a la impunidad, Justicia".

Santiago relató también casos como el de Ramón Baglietto, asesinado por el niño al que salvó de morir atropellado dieciocho años antes, o el de su propia hija, Silvia, muerta en la explosión de la Casa Cuartel de Santa Pola.

A continuación vino la emotiva ofrenda floral a las víctimas en homenaje a los caídos, en la misma plaza en la que ETA asesinó a 14 guardias civiles en 1986. Después de gritos de "Viva España" y sonoros aplausos, Ketty Garat presentó a Teresa Jiménez Becerril, europarlamentaria del PP y hermana del concejal de Sevilla asesinado por ETA en 1998.

Becerril comenzó asegurando que las lágrimas vertidas en este día son "lagrimas necesarias que nos traerán la Justicia que estamos esperando". Becerril dijo que se trataba, el de hoy, de "un día de pena y de alegría, de alegría verdadera al veros a todos vosotros aquí, no la alegría fingida del día en el que ETA emitió un comunicado".

"¿Cómo podíamos sentir alegría por un comunicado en el que no decía lo que queremos oír, que ETA se rinde sin condiciones, entrega las armas y reconoce el dolor causado a todos los españoles?". Dijo Becerril en su sentido discurso. "Ese comunicado, ese papel, ese anuncio, sí que lo hubiéramos celebrado".

No obstante, continuó, "lo único que quiero de ETA es que no hable más en ningún sitio y desde luego no en un parlamento, símbolo de la libertad y la dignidad de los españoles". Ni las víctimas, ni los españoles, clamó, tienen que "firmar ninguna paz porque no ha habido ninguna guerra".

Jiménez Becerril ha recordado una vez más que su hermano y la mujer de éste "no venían de la guerra", así que tal y como ha gritado con la voz rota desde el estrado "no tengo que firmar ninguna paz porque no ha habido ninguna guerra, es mentira".

La eurodiputada popular ha afirmado que "me niego a aceptar lo que nos quisieron hacer creer en la conferencia del otro día, en la que parecía que ellos habían ganado" y ha dicho que no está dispuesta "a que ETA piense que ha ganado, tengo que enseñarle a mis sobrinos que existe una diferencia entre el bien y el mal, mirarles a los ojos y decirles que sus padres eran mucho mejores que los que los asesinaron".

Su vibrante discurso ha terminado con un grito: "¡Digamos todos bien alto justicia!"

Recuerdo a los niños

El momento especialmente sobrecogedor del acto ha llegado con un homenaje a los menores de edad asesinados por ETA que han hecho Sara Barrera Alcaraz, sobrina de Francisco José Alcaraz y con dos hermanas asesinadas por la banda, y María del Pilar Díaz Ríos, hija del policía nacional asesinado Máximo Díaz Bardera.

Sara ha recordado que sus hermanas "no participaban en ninguna guerra, dormían y fueron vilmente asesinadas con nueve personas más, entre ellas cuatro niños"; María del Pilar Díaz Ríos, por su parte, ha gritado una de las frases más impactantes de todo el acto: "Los cementerios de España están llenos de esta paz de ETA"

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