Todos están barriendo hacia su finca, pero encima son tan tontos que se meten en conflictos absurdos de los que al darse que hablar salen todos estos trapos sucios.
No saben ni robar, no son mínimamente discretos.
Cuando Agustín Ortega era gerente del SAS, se dedicó a retirar los conciertos de asistencia sanitaria que había con las clínicas privadas. Bueno, sólo hasta que llegó al grupo Pascual y Pascual: así se entiende que, tras salir del SAS, recalase en la empresa Pascual.