Este jueves se ha celebrado en la Audiencia Nacional el primer juicio contra miembros de ETA después de que la banda anunciara hace una semana el cese definitivo de la violencia.
En el banquillo de los acusados los terroristas Óscar Celarain y Andoni Otegi acusados por el atentado con un coche bomba que estaba estacionado junto al hotel Las Pirámides, en Fuengirola (Málaga) en junio de 2002. Mientras que el primero de ellos sólo ha abierto la boca para decir que no reconocía la legitimidad del tribunal, el segundo imputado, Andoni Otegi, ha declarado que "hasta ahora la Audiencia Nacional está protegiendo la presión ejecutada al País Vasco". Segundos después, el terrorista ha subrayado que "son tiempos en los que esto tiene que solucionarse" y que por esta razón no reconoce al tribunal.
Asimismo, durante la primera jornada del juicio oral- que se reanudará mañana viernes- han comparecido los policías que se encontraban de servicio cuando se produjo el atentado y algunas de las víctimas que lo sufrieron. "Cuando llegué era como un escenario de guerra, todo tenía un estado lamentable", ha dicho un agente. "Se recogieron objetos del coche bomba en la playa, que estaba a más de 120 metros", ha apuntado otro.
Otro testigo ha declarado que cuando se produjo la explosión "un trozo de coche entró por la ventana" de su casa y se desplomó el techo del baño, en el que se encontraba su hija. "Desde entonces tiene ataques de ansiedad", ha apuntado.
Los dos etarras están acusados de robar un vehículo en Coín (Málaga) y, tras colocarle placas de matrícula que fueron sustraídas en un taller de Mondragón (Guipúzcoa), cargarlo con 62 kilos de cloratita y más de cinco de dinamita y hacerlo estallar a las puertas del establecimiento.
El siniestro originó principalmente la rotura de cristales y daños en varios vehículos situados en la cercanía del Peugeot 205 de color gris que estalló a las 7 de la mañana y que había sido robado días antes en Málaga. El vehículo contenía entre 30 y 40 kilos de cloratita reforzada con dinamita. Afortunadamente no se registraron víctimas mortales aunque seis personas resultaron heridas de distinta consideración. Los daños materiales fueron cuantiosos.
Con este atentado, la banda criminal inauguró su campaña de acciones terroristas ese verano y trató de ensombrecer la cumbre europea que se celebraba esos días en Sevilla.
Ahora, la Fiscalía de la Audiencia Nacional pide 146 años de cárcel para cada uno de sus presuntos responsables: Óscar Celarain Ortiz y Andoni Otegi. El fiscal los considera responsables de seis delitos de asesinato en grado de tentativa, veinte delitos de estragos terroristas, un delito de falsificación documental y otro delito de robo de vehículos.
Otegi y Celarian han sido condenados a 18 años de cárcel por el atentado de Marbella, 12 años y medio por estragos intentados y depósito de armas y otros ocho años en Francia por integración en banda armada y tenencia de armas y explosivos.