"No estoy dispuesto, ni hoy ni en el futuro, a desmentir cada día una cadena de falsedades". Así contestaba el portavoz del Gobierno, José Blanco, a la primera pregunta sobre la operación Campeón de la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. El también ministro de Fomento sacaba a relucir la guerra de Irak o los atentados del 11-M, como ejemplos de comparecencias frustradas en periodos de disolución de las Cortes, para justificar su evasiva a acudir al Parlamento.
"El Parlamento tomó una decisión en base a los antecedentes que había. Nunca se convocó a la Diputación Permanente ni siquiera cuando se mandaron a las tropas a Irak, ni con el 11-M, que me parece una fecha muy significativa", decía Blanco del veto del PSOE en la Mesa del Congreso, esquivando la pregunta de por qué no comparece a petición propia.
A cambio, insistía en calificar de "falsedades" las acusaciones del empresario gallego Jorge Dorribo, por las que volvía a solicitar "el levantamiento parcial del secreto de sumario" para poder iniciar las acciones judiciales oportunas, ya que Blanco todavía no ha presentado la querella anunciada contra Dorribo por injurias y calumnias. Entonces, "quedará claro quién ha vertido falsedades".
Su última alegación llegaba cuando le preguntaban si había hecho "examen de conciencia". Esbozando una sonrisa, y en apenas seis segundos de una declaración redonda, respondía: "Soy creyente. Hago examen de conciencia todos los días. Y no tengo nada de lo que arrepentirme".
Blanco también ha asegurado que cuenta con el respaldo de José Luis Rodríguez Zapatero: "Todos los días el presidente me transmite mensajes de ánimo y apoyo".