El Gobierno intenta maniobrar a la desesperada a fin de salvar políticamente a José Blanco, presuntamente implicado en la trama corrupta que se desprende de la Operación Campeón. El titular de Justicia, Francisco Caamaño, llega a presionar sin disimulo al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para que investigue "las filtraciones desgraciadas" del caso.
"Espero que el Poder Judicial las investigue", afirmó el ministro, en una entrevista publicada en la edición gallega del diario El País. El PP no ha tardado en responder: "Me da vergüenza, Caamaño es el ministro de injusticia", sentenció Esteban González Pons, informa Pablo Montesinos.
Además de forzar al CGPJ, Caamaño también puso en duda la palabra de Jorge Dorribo, principal imputado, sobre Blanco y destacó que "quien acusa es una persona que está en la cárcel por falsedad y fraude. Por mentir y por engañar. Cualquier persona de bien no puede darle el más mínimo crédito", arguyó.
Y tras las presiones, los elogios hacia su compañero de gabinete: "La gente sabe que Blanco es un político combativo pero bueno", dijo, para confiar en el "buen criterio de la opinión pública" y recordar que el ministro portavoz "pidió a la juez que levante esa parte del secreto de sumario para ver lo que realmente está detrás".
El Partido Popular, por su parte, sigue redoblando su presión hacia el todavía ministro José Blanco. Tras conocer las palabras de Caamaño, el vicesecretario de comunicación de los populares salió ante los medios para censurar las "presiones" hacia el Poder Judicial para "proteger a su compañero".
"Cuando lo hace el PP es un ataque a las instituciones, pero cuando lo hace el ministro de Justicia es una defensa de la honorabilidad de un compañero", señaló González Pons, sacando a la palestra el trato del Ejecutivo del caso Gürtel. El dirigente valenciano denunció las filtraciones pero consideró a renglón seguido mostró su "vergüenza como ministro de Justicia porque a los justiciables que no son de su partido no les reconoce los mismos derechos que a los justiciables que son de su partido".
"España debería tener un ministro de Justicia que considerara a todos los españoles iguales ante la ley" y no un titular que "considera a todos los españoles iguales ante la ley y a su compañero José Blanco, un poco más igual que los demás", continuó, para rematar: "Eso no es justicia, es sólo un ministro, después de la presión a la que ha sometido al CGPJ ya no puede llamarse 'de justicia', es un ministro de injusticia".